—No le entregué esa carta cuando llegó. Pensé que sería un estado de ánimo pasajero de ella, y usted tiene que mantener alto su espíritu para trabajar. Esperé que enviara una carta mejor. Pero ésta es la que envió el mes pasado.
En silencio Dyrsin miró al mayor, pero su cara desmañada no expresaba reproche, sólo pena. Tomó el segundo sobre abierto y extrajo la carta con dedos temblorosos; habían las mismas líneas desparejas y deprimentes. Esta vez estaba escrita en una hoja arrancada de un cuaderno:
30 de octubre.
"¡Querido Vanya!
"Estás ofendido porque escribo rara vez. Pero vuelvo del trabajo tarde y casi todos los días voy al bosque en busca de leña, y entonces ya es de noche y estoy tan cansada que simplemente me tiro en la cama. De noche duermo mal. Abuela no me deja dormir. Me levanto temprano, a las cinco de la mañana, y a las ocho tengo que estar en el trabajo. Todavía, gracias a Dios, el otoño está templado, ¡pero el invierno se está acercando! No se puede conseguir carbón en el depósito; sólo lo consiguen los jefes o la gente con conexiones. No hace mucho una pila de leña se cayó de mi espalda, la arrastré sobre la tierra detrás de mí, no tenía fuerzas para levantarla y pensé: ¡Una vieja arrastrando una carga de leña! Me hernié a causa del peso. Nika vino para las vacaciones; se está convirtiendo en una mujer atractiva, y ni siquiera me visitó. No puedo pensar en ti sin pena. No cuento con nadie. Trabajaré mientras tenga fuerzas, pero tengo miedo de caer enferma como abuela. Abuela ha perdido por completo el uso de las piernas. Está toda hinchada; no puede acostarse ni levantarse sola. Y no admiten personas tan enfermas en el hospital porque, según ellos, no vale la pena. L. V. y yo tenemos que levantaría todas las veces; se hace de todo en la cama; hay muy mal olor, esta no es vida sino trabajo de presidario. Por supuesto, ella no tiene la culpa, pero no tengo fuerzas para soportarlo más. A pesar de tu consejo de no maldecir, maldecimos el día entero. De L. V. lo único que oigo es: miserable, ramera... y lo mismo les dice Mamyushka y sus hijos ¿Los nuestros hubieran crecido así también? Sabes, con frecuencia me alegra que no estén aquí. Valerik entró a la escuela este año; necesita muchas cosas pero no hay dinero. Es verdad que por decreto le pasan a Mamyushka dinero para alimentos del salario de Pavel. Bien, no hay nada más que escribir. Deseo que estés bien de salud; Te beso.
"Si hubiera una oportunidad para dormir los días feriados... pero tenemos que arrastrarnos a la demostración...¡"
Dyrsin se iba helando a medida que leía esta carta. Puso la palma de su mano en la frente y la frotó como si estuviera tratando de levantarse.
—Bien. ¿La leyó? No parece estar leyendo. Usted es una persona adulta, alfabeta. Ya ha estado preso, usted comprende qué tipo de carta es esa. Durante la guerra se aplicaban sentencias por cartas semejantes. Una demostración... es una alegría para todo el mundo... ¿Y para ella? ¿Carbón? El carbón no es sólo para los jefes sino para todos los ciudadanos; hacen "cola" para obtenerlo, ¡por supuesto! Considerando todo eso, no sabía si darle esa carta o no, pero luego llegó una tercera del mismo, tenor. Y decidí que todo debe terminar. Tiene que terminarlo usted mismo. Escríbale algo en tono optimista... usted sabe... dándole ánimos, préstele alguna ayuda a esta mujer. Dígale que no debe quejarse, que todo saldrá bien. Verá, se han hecho ricos, han recibido una herencia. Léala.
Las cartas estaban en orden cronológico. La última tenía fecha 8 de diciembre:
"¡Querido Vanya!
"Voy a darte una noticia triste. El 26 de noviembre de 1949 a las 12.5 murió abuela. Murió y no teníamos un kopeck. Felizmente, Misha nos dio 200 rublos, y todo era barato, pero, por supuesto, el funeral fue muy pobre. Sin sacerdote. Sin música. Al féretro lo llevaron en una carreta al cementerio y lo pusieron en la sepultura. Ahora las cosas están un poco más tranquilas en casa, pero hay una especie de vacío. Yo estoy enferma, traspiro mucho de noche, y empapo las almohadas y las sábanas. Una gitana predijo que moriría este invierno, y me alegrará liberarme de semejante vida. Parece que L.V. está tuberculosa. Tose y tiene sangre en la garganta. Cuando vuelve del trabajo empiezan las maldiciones... es malévola como una bruja. Ella y Mamyushka me están volviendo loca. Soy una persona arruinada... otros cuatro dientes se me han estropeado y dos se me han caído. Tendría que hacerme poner postizos pero no tengo dinero y además hay que hacer cola también para eso.