No dijo nada más, porque no lo creyó necesario. Todos sabían que les esperaba era muchísimo peor que la
—No muchachos —insistió Joróbrov—, "Mejor pan con agua que torta con problemas”
Los Zeks callaron prestaban atención a las vueltas que daba el vagón.
Si los esperaba la taiga y la tundra, el frío intensísimo de Oímiakon y las excavaciones de cobre de Yezkazgan; pico y pala: raciones de hambre de pan húmedo, el hospital; la muerte. Lo peor del mundo.
Pero en sus corazones había paz.
Estaban plenos de valentía; la de quienes lo han perdido
Sacudiendo su carga de cuerpos hacinados, el alegre coche anaranjado y celeste pasó por calles de ciudades, por una estación de ferrocarril; se detuvo en una intersección. Un brillante automóvil marrón esperaba a que cambiara la misma luz roja. En él iba el corresponsal del progresista diario
Recordó que hoy ya había visto más de un camión igual, en diversas partes de Moscú. Y sacó, su libreta de apuntes, escribiendo con la lapicera roja oscura:
"En las calles de Moscú se ven a menudo camiones de alimentos muy limpios, higiénicos, impecables. La única conclusión posible es ésta: el aprovisionamiento de la capital es excelente".
notes
Notas a pie de página
[1] Obsérvese la abundancia, en ruso, de diminutivos del nombre propio. También se suele abreviar el patronímico (genitivo del nombre de pila del padre). Ha sido precisamente el deseo de facilitar al lector su identificación lo que nos ha inducido a publicar es índice de los personajes principales de la obra.
[2] Reclusión para técnicos y científicos especializados.
[3] Pan dulce tradicional