Nerzhin meneó la cabeza, rió y siguió su camino. Se encontró con Pryanchikov que se apresuraba a ir a almorzar, todo encendido después de haber gritado a sus anchas entre los "cazadores".
—¡Hola, amigo! — saludó Pryanchikov—. Se ha perdido toda la función! ¿Dónde está Lev?
—Tenía un trabajo urgente: No ha salido para almorzar.
—¿Qué? ¿Más urgente que el GRUPO SIETE? ¡Ha, ha! No hay tal cosa. ¡Usted está loco! ¡Todos ustedes están locos! — Y se fue de prisa.
Más lejos, en el patio, Nerzhin encontró a Gerasimovich, con una pequeña gorra sucia en la cabeza y una chaqueta corta con el cuello levantado. Se saludaron con una triste inclinación de cabeza. Gerasimovich estaba con las manos en los bolsillos, encorvado contra el viento; parecía pequeño como un gorrión.
Como el gorrión de la leyenda diciendo quién tenía el corazón tan valiente como el del gato.
ADOCTRINAMIENTO EN EL OPTIMISMO
En comparación con el trabajo del Mayor Shikin el trabajo del Mayor Myshin tenía su lado específico, sus pro y sus contras. El principal punto en pro era leer las cartas y decidir si se les permitía a los prisioneros enviarlas o no. Los puntos en contra eran: por ejemplo, el hecho de que Myshin no era el que decidía sobre cosas tales como el traslado de los prisioneros, retención de salarios, determinación de categorías de comidas, fechas de las visitas de los parientes, y otras persecuciones diversas. El Mayor encontraba mucho que envidiar en la organización rival del Mayor Shikin, que se enteraba de los asuntos de la prisión antes que él. Por lo tanto, confiaba mucho en aquello de atisbar a través de la transparente cortina de su oficina para ver qué sucedía en el patio de ejercicios. (Shikin se veía privado de esa conveniencia a causa de la mala ubicación de su ventana).
Observar á los prisioneros en su vida diaria también le proporcionaba a Myshin cierta cantidad de material. Observando emboscado quién caminaba con quién, si hablaban con vehemencia o con naturalidad, podía complementar la información recibida de los informantes. Luego, más tarde, al entregar una carta o al aceptar otra para ser enviada, de pronto preguntaba: —Incidentalmente, ¿de qué estaban hablando usted y Petrov ayer durante el intervalo del almuerzo?
Algunas veces sonsacaba una información útil del confundido prisionero.
Hoy, durante el intervalo del almuerzo, Myshin le dijo al zek que seguía en la fila del correo, que esperara, mientras él observaba él patio. Pero no vio la "cacería" de informantes. Se llevaba a cabo en el otro extremo del edificio.
A las tres en punto, cuando terminó el intervalo del almuerzo y el oficioso Sargento Mayor había despedido a todos los zeks que todavía estaban esperando entrar a la oficina de Myshin, el Mayor dio orden de admitir a Dyrsin.
Ivan Selivanovich Dyrsin había sido dotado por la naturaleza con una cara hundida, pómulos prominentes y hablar confuso. Hasta su apellido sugiriendo "agujero"... parecía haberle sido dado con espíritu de burla. En un tiempo había sido llevado a un instituto de entrenamiento, sacándolo directamente de su torno a una escuela nocturna de trabajadores, donde había estudiado duro y sin destacarse. Tenía cierto talento, pero nunca fue capaz de usarlo para su conveniencia, y toda su vida había sido dejado de lado y maltratado. Eh él Laboratorio Siete, cualquiera lo explotaba. Y porque su condena de diez años, apenas reducida, estaba tocando a su fin, en este período se sentía particularmente tímido frente a las autoridades. Su mayor temor era recibir una segunda condena. Había visto a muchos prisioneros recibirla durante los años de la guerra.
Hasta la forma en que fue sentenciado la primera vez era absurda. Lo apresaron al comienzo de la guerra por "propaganda antisoviética", resultado de una denuncia urdida por algunos vecinos que deseaban su departamento (y que lo obtuvieron luego). Se aclaró más tarde que no había estado envuelto en tal propaganda, aun cuando podía haber estado, desde que oía la radio alemana. Luego resultó que no escuchaba radio alemana, pero podía haberla escuchado, desde que tenía un receptor de radio prohibido en su casa. Y cuando se supo que no tenía tal receptor de radio, seguía siendo verdad que podía haberlo tenido desde que su profesión era ingeniero en radio. Según la denuncia, también habían encontrado en su apartamento dos lámparas de radio en una caja.