Читаем En el primer cí­rculo полностью

—¿Quieres decir que faltar tres días es dejar de ir? La discusión siguió sin detenerse, atravesando sin cesar los lugares iluminados y los oscuros de sus memorias, como un expreso nocturno avanza a toda velocidad a través de las estepas vacías y las brillantes ciudades; del mundo exterior sólo se percibía el fugitivo resplandor de una luz, o un sonido pasajero, que no tenía efecto alguno sobre la desenfrenada carrera de sus pensamientos acoplados.

—¡Podrías empezar a aplicar tu moralidad a ti mismo! — dijo Rubin con indignación—. ¿Qué tal andaban los fines y los medios en tu caso? ¡En la vida personal de uno!Recuerda lo que soñabas cuando te recibiste de ingeniero. Estabas decidido a ganar un millón.

—¡Tú también podrías acordarte de que les enseñaste a los niños campesinos a delatar a sus padres!

Se conocían desde hacía dos años. Ahora estaban tratando de echarse en cara mutuamente, de la manera más destructora y dolorosa posible, todo lo que habían aprendido sobre el otro durante sus conversaciones más íntimas. Todo lo que recordaban se convertía en un arma, en una acusación. En vez de ascender al plano de lo abstracto, su duelo descendía cada vez más hasta los más dolorosos detalles personales de cada uno.

—¡Ahí tienes a tus partidarios! ¡Ahí tienes a tus mejores amigos!

—Sologdin estaba que ardía.— ¡Shishkin-Myshkin! No entiendo; ¿cómo te mantienes tan alejado de ellos? ¿Qué hipocresía es ésta?

—¿Qué? ¿Qué es lo que dices? — Rubin se ahogaba—. ¿Lo dices en serio?

No. Sologdin sabía muy bien que Rubin no era un delator, que nunca podría serlo. Pero la tentación de echarlo por maldad con la banda de oficiales de seguridad, era demasiado fuerte.

—Después de todo —insistió Sologdin—, serías más consecuente con tus puntos de vista. Desde el momento que nuestros carceleros tienen razón, es tu deber el ayudarlos en todo lo que puedas. ¿Y por qué no hacer un poco de delator? Shikin escribiría un informe favorable y tu caso sería reconsiderado.

—¡Eso me huele a sangre! — dijo Rubin apretando sus enormes puños y levantándolos como quien se dispone a pelear—. Hay caras que quedan estropeadas por decir cosas así.

—Yo sólo dije —contestó Sologdin, tratando de parar la estocada con el mayor freno posible— que mostraría mayor consistencia de tu parte. Si los fines justifican los medios.

Rubin abrió los puños y miró con desprecio a su rival.

—¡Uno debe tener principios! Tú no tienes ni uno. Todo ese parloteo abstracto sobre el Bien y el Mal...Sologdin aclaró su tesis:

—¡Qué puedes pretender! Razónalo tú mismo. Desde el momento en que todos hemos sido encarcelados justamente y tú constituyes la única excepción, debemos reconocer que la razón está de parte de nuestros carceleros. Cada año escribes una carta solicitando un indulto.

—¡Mentira! No pido un indulto sino que se revea mi caso.

—¿Dónde está la diferencia?

—Hay una gran diferencia, ya lo creo.

No te dan calce y tú sigues rogando. ¡Tú eras el que no quería discutir acerca de lo que significa el orgullo en la vida de un hombre, pero deberías pensar más en el orgullo! Estás pronto a rebajarte sólo por conseguir una mísera libertad material. Eres como un perrito atado a una cadena. Quienquiera tenga la cadena en la mano, tiene dominio sobre ti.

—¿Y tú no estás acaso en poder de nadie? — dijo Rubín furioso—. ¿No suplicarías si pudieras?

—¡No!

—¡Bueno, es que no tienes la menor posibilidad de obtener tu libertad! Si la tuvieras, no te limitarías a rogar sino que...

—¡Jamás! — dijo Sologdin.

—¡Qué noble de tu parte! Te burlas de todo el lío que hay en el GRUPO SIETE, pero si pudieras hacer algo espectacular para poner las cosas en su lugar, te arrastrarías de panza.

—¡Jamás! — repitió Sologdin temblando.

—¡Pero yo te digo! — alardeó Rubin—. Sólo te falta el talento. ¡Las uvas están verdes! ¡Pero si sólo pudieras producir algo, si te llamaran para algo, te arrastrarías sobre tu barriga como un sucio reptil!

—¡Pruébalo! — Ahora era Solodgin el de los puños apretados.— ¡Veremos aquí quién le estropea la cara a quién!

—¡Dame tiempo y te lo probaré! ¡Dame... un año! ¿Te animas a darme un año?

—Tómate diez.

—¡Pero te conozco! Te esconderás detrás de la dialéctica, dirás que "todo pasa, todo cambia".

—¡Es para la gente como tú que "todo pasa, todo cambia"! No juzgues a otros por tus defectos.

DOTTY

Las relaciones entre un hombre y una mujer siempre son extrañas: nada puede preverse; no tienen una dirección preestablecida; no se ajustan a ninguna ley. A veces uno llega a un punto muerto en el cual no queda nada por hacer más que sentarse y aullar; todas las palabras han sido dichas, sin ningún resultado; todos los argumentos han sido expresados y deshechos. Pero de pronto, a veces, a causa de unas miradas que se encuentran, la pared que parecía infranqueable no es que estalle, sino que se derrite y allí donde había plena oscuridad brilla una luz clara sobre un sencillo y comprensible sendero para dos.

Sólo un sendero, que quizá aparezca sólo por un minuto.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Аламут (ЛП)
Аламут (ЛП)

"При самом близоруком прочтении "Аламута", - пишет переводчик Майкл Биггинс в своем послесловии к этому изданию, - могут укрепиться некоторые стереотипные представления о Ближнем Востоке как об исключительном доме фанатиков и беспрекословных фундаменталистов... Но внимательные читатели должны уходить от "Аламута" совсем с другим ощущением".   Публикуя эту книгу, мы стремимся разрушить ненавистные стереотипы, а не укрепить их. Что мы отмечаем в "Аламуте", так это то, как автор показывает, что любой идеологией может манипулировать харизматичный лидер и превращать индивидуальные убеждения в фанатизм. Аламут можно рассматривать как аргумент против систем верований, которые лишают человека способности действовать и мыслить нравственно. Основные выводы из истории Хасана ибн Саббаха заключаются не в том, что ислам или религия по своей сути предрасполагают к терроризму, а в том, что любая идеология, будь то религиозная, националистическая или иная, может быть использована в драматических и опасных целях. Действительно, "Аламут" был написан в ответ на европейский политический климат 1938 года, когда на континенте набирали силу тоталитарные силы.   Мы надеемся, что мысли, убеждения и мотивы этих персонажей не воспринимаются как представление ислама или как доказательство того, что ислам потворствует насилию или террористам-самоубийцам. Доктрины, представленные в этой книге, включая высший девиз исмаилитов "Ничто не истинно, все дозволено", не соответствуют убеждениям большинства мусульман на протяжении веков, а скорее относительно небольшой секты.   Именно в таком духе мы предлагаем вам наше издание этой книги. Мы надеемся, что вы прочтете и оцените ее по достоинству.    

Владимир Бартол

Проза / Историческая проза