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Ron, que aún no había dicho una palabra, tomó la insignia, la observó por un momento y luego se la alcanzó a Harry como pidiéndole sin palabras que confirmara que era auténtica. Harry la tomó. Una gran T estaba superpuesta al león de Griffindor.

Había visto una insignia como ésta en el pecho de Percy en su primer día en Hogwarts.

La puerta se abrió de golpe. Hermione entró llorando en el cuarto, sus mejillas sonrojadas y su pelo flotando. Tenía un sobre en la mano.

- ¿Te dieron... te dieron un...?

Notó la insignia en la mano de Harry y soltó un chillido.

- ¡Lo sabía!- dijo excitada.- ¡Yo también, Harry, yo también!

- No- dijo Harry rápidamente, poniendo la insignia en la mano de Ron otra vez.- Es Ron, no yo.

- Es...¿qué?

- Ron es prefecto, no yo- dijo Harry.

- ¿Ron?- dijo Hermione, abriendo la boca.- ¿Pero... estás seguro?

Quiero decir...

Se puso roja cuando Ron se volvió a verla, con una expresión desafiante en su cara.

- Mi nombre está en la carta- dijo.

- Yo...- dijo Hermione, completamente aturdida.- Yo... eh...

¡wow! ¡Bien hecho, Ron! Es realmente...

- ¿Inesperado?- dijo George, moviendo la cabeza.

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- No- dijo Hermiones, ruborizándose aún más,- no lo es... Ron ha hecho grandes... es realmente...

La puerta tras ella se abrió un poco más y la señora Weasley entró caminando con una pila de túnicas recién lavadas.

- Ginny dijo que la lista de libros vino por fin- dijo, echando un vistazo a los sobres mientras se dirigía a la cama y empezaba a repartir las túnicas en dos pilas.- Si me las dan, las llevaré al callejón Diagon esta tarde y compraré los libros mientras ustedes empacan. Ron, tengo que comprarte más piyamas, estos son por lo menos seis centímetros más cortos, no puedo creer lo rápido que estás creciendo... ¿de qué color los quieres?

- Cómpraselos en rojo y oro para que combinen con su insignia-dijo George, con una sonrisa boba.

- ¿Para que combinen con su qué?- dijo la señora weasley ausente, enrollando un par de medias marrones y poniéndolas sobre la pila de Ron.

- Su insignia- dijo Fred, como si esperara lo peor de un momento a otro.- Su hermosa, brillante, nueva insignia de Prefecto.

Las palabras de Fred tardaron un momento en penetrar en la preocupación de la señora Weasley por los piyamas.

- Su... pero... Ron, ¿tu no...?

Ron levantó su insignia.

La señora Weasley soltó un chillido igual al de Hermione.

- ¡No lo puedo creer! ¡No lo puedo creer! ¡Oh Ron, es maravilloso! ¡Un prefecto, como todos en la familia!

- ¿Qué somos Fred y yo, los vecinos de al lado?- dijo George indignado, cuando su madre lo empujó a un lado y rodeó con sus brazos a su hijo más joven.

- ¡Espera a que tu padre lo escuche! ¡Ron, estoy tan orgullosa de ti, que maravillosas noticias, podrías terminar como Premio Anual como Bill y Percy, es el primer paso! Oh, que noticia entre todas estas preocupaciones, estoy sencillamente emocionada, Ronnie...

Fred y George hacían sonidos como de arcadas por su espalda, pero la señora Weasley no lo notó; con sus brazos rodeando 175

fuertemente el cuello de Ron, le besaba toda la cara, que se había vuelto de un rojo más intenso que el de la insignia.

- Mamá... no... mamá, suéltame ya- murmuró, tratando de apartarla.

Ella lo soltó y le dijo sin aliento:- Bueno, ¿qué será? Le regalamos a Percy una lechuza, pero tú ya tienes una, por supuesto.

- ¿Qué... qué quieres decir?- dijo Ron, como si no pudiera dar crédito a sus oídos.

- ¡Tendrás una recompensa por esto!- dijo la señora Weasley cariñosamente.- ¿Qué tal una linda nueva túnica de gala?

- Ya le compramos una- dijo Fred amargamente, y parecía lamentar su generosidad.

- O un nuevo caldero, el de Charlie ya se está herrumbrando, o una nueva rata, siempre te gustó Scabbers...

- Mamá- dijo Ron esperanzado,- ¿puedo tener una nueva escoba?

La sonrisa de la señora Weasley decayó un poco: las escobas eran caras.

- No tiene que ser una buena- se apresuró a agregar Ron.- Sólo...

sólo una nueva para cambiar.

La señora Weasley dudó un momento, luego sonrió.

- Por supuesto que puedes... bueno, más vale que parta si tengo que comprar también una escoba. Los veré después... ¡el pequeño Ronnie, prefecto! Y no se olviden de hacer sus equipajes... un prefecto... oh, soy toda nervios...

Le dio aún otro beso a Ron, se sonó la nariz y salió del cuarto.

Fred y George cambiaron miradas.

- No te importa si no te besamos, ¿no, Ron?- dijo Fred en una falsa voz de ansiedad.

- Podemos hacer una reverencia, si quieres- dijo George.

- Oh, cállense- dijo Ron, enfurruñado.

- ¿O qué?- dijo Fred, con una sonrisa maligna extendiéndose en su cara.- ¿Nos pondrás en detención?

- Me encantaría verlo tratar- dijo George con una media sonrisa.

- ¡Podría si no se cuidan!- dijo Hermione enojada.

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Денис Ратманов

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