Читаем En el primer cí­rculo полностью

Y además de Simochka sobre sus rodillas y además de su esposa en Marte, también había, ocultos en su escritorio, los resúmenes que le habían costado tanto trabajo, sus primeras notas propias sobre el período post-leninista, las primeras formulaciones que contenían sus más elaborados pensamientos.

Si lo despachaban, en un trasporte de la prisión, todas aquellas notas estarían destinadas a las llamas.

Debería haberle mentido ahora. Mentido prometiendo como siempre se promete. Después, cuando se fuera le podría dejar lo que había escrito bajo su custodia.

Pero para esa finalidad no tenía valor para mentir a aquellos ojos, que lo miraban tan esperanzados.

Eludiéndolos, besó los angulosos y pequeños hombros que sus manos habían descubierto debajo de su blusa.

Momentos después dijo titubeante. — Una vez me preguntaste qué es lo que estoy escribiendo todo el tiempo.

—Sí, ¿qué estás escribiendo? — Simochka preguntó con ávida curiosidad, usando el tono familiar por primera vez.

Si ella no lo hubiera interrumpido, si no lo hubiera presionado tan impacientemente, probablemente le hubiera dicho algo allí mismo. Pero había preguntado con una insistencia que lo puso en guardia. Había vivido tantos años en un mundo donde por todas partes estaban tendidos los ingeniosos alambres de las minas, alambres disparadores.

Estos confiados y amantes ojos podrían muy bien estar trabajando para el oficial de seguridad.

Al fin y al cabo, después de todo, ¿cómo fue que empezó todo entre ellos? La primera vez fue ella quien rozó su mejilla con la de él, no él a ella. Podría haber sido una trampa.

—Es algo histórico —dijo— histórico en un sentido general desde los tiempos de Pedro. Pero tiene un gran significado para mí. Sí, seguiré escribiendo hasta que Yakonov me eche. Pero ¿dónde lo dejaré cuando me vaya?

Sospechosamente sus ojos buscaron las profundidades de los de ella.

Simochka sonrió serenamente.

—¿Por qué tienes que preguntar? Dámelo a mí. Yo lo guardaré. Sigue escribiendo, mi amor. — Y luego, escudriñando dentro de él lo que ella quería saber, dijo:— Cuéntame, ¿es muy linda tu esposa?

El teléfono que conectaba la casilla con el laboratorio sonó. Simochka lo levantó sin acercarlo a su boca y apretó el botón para hablar para que lo pudieran oír en el otro extremo de la línea. Sentada allí, ruborizada, sus ropas desaliñadas, empezó a leer la lista de pronunciación en voz apagada y medida: "Dop, fskop, shtap. ¿Sí? Valentine Martynich, un doble diodo-triodo. No tenemos un 6G7, pero creo que tenemos un 6G2. Terminaré ahora mismo con la lista de palabras y salgo. Droot, moot, shoot.” Soltó el botón para hablar y restregó suavemente su cabeza contra la de Gleb. — Tengo que irme. Se está haciendo tarde. ¡Bueno! déjame ir. Por favor...

Pero no había determinación en su voz.

El la abrazó, estrechando aun más fuerte todo su cuerpo contra el suyo.

—¡No te vas a ningún lado! Yo quiero... yo...

—¡No! Me están esperando. Tengo que cerrar el laboratorio.

—¡Ahora mismo! ¡Aquí! — exigió. Y la besó.

—Hoy no.

—¿Cuándo?

Lo miró sumisa. — El lunes. Seré oficial de servicio otra vez. En lugar de Lyra. Venga aquí durante el intervalo de la comida. Estaremos solos durante toda la hora. Siempre que ese loco de Valentulya no venga aquí a trabajar.

Mientras Gleb destrababa y abría las puertas, Simochka logró abotonarse y peinar sus cabellos, y salió delante de él arrogante y fría.

LA LUZ AZUL

—Voy a arrojar mi zapato a esa lámpara de luz azul, uno de estos días. ¡Me pone nervioso!

—Le vas a errar.

—¿A cinco metros? ¿Cómo voy a errar? Te apuesto la compota de mañana que le puedo acertar!

—Te sacas los zapatos en la litera más baja. Debes agregarle un metro.

—¿Entonces, a seis metros. ¡Esos monstruos! ¿Qué no se les ocurrirá ahora con tal de hacer a un zek desdichado? Me oprime los ojos toda la noche.

—¿La luz azul?

—Sí, la luz azul. La luz ejerce presión, Levedev descubrió eso. Aristip Ivanich, ¿está dormido? Hágame un favor, alcánceme uno de mis zapatos.

—Puedo darle uno de sus zapatos, Yyacheslav Petrovich, pero primero dígame ¿qué es lo que le incomoda de la luz azul?

—Para empezar tiene una longitud de onda corta y por lo tanto más energía, y la energía me hiere los ojos.

—Da una luz suave, y personalmente me recuerda la lámpara azul de icono que usaba mi madre para prender de noche cuando yo era chico.

—¡Mamá! En charreteras azul cielo! Ahí está —yo pregunto:— ¿cómo puede uno otorgar la verdadera democracia al pueblo? He notado que en cualquier celda, la más insignificante controversia —sobré lavar tazones o barrer el piso— suscita todos los posibles matices de opiniones en conflicto. La libertad será el fin de la humanidad. Desgraciadamente, sólo el garrote puede mostrarles la verdad.

—Sí, — pero no sería mala idea poner un icono de luz aquí. Si esto era antiguamente el altar.

—Un altar no, la cúpula que estaba encima del altar. Agregaron un piso entre medio.

—Dimitri Aleksandrovich, ¿qué está haciendo? Abriendo una ventana en diciembre. ¡Basta de eso!

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"При самом близоруком прочтении "Аламута", - пишет переводчик Майкл Биггинс в своем послесловии к этому изданию, - могут укрепиться некоторые стереотипные представления о Ближнем Востоке как об исключительном доме фанатиков и беспрекословных фундаменталистов... Но внимательные читатели должны уходить от "Аламута" совсем с другим ощущением".   Публикуя эту книгу, мы стремимся разрушить ненавистные стереотипы, а не укрепить их. Что мы отмечаем в "Аламуте", так это то, как автор показывает, что любой идеологией может манипулировать харизматичный лидер и превращать индивидуальные убеждения в фанатизм. Аламут можно рассматривать как аргумент против систем верований, которые лишают человека способности действовать и мыслить нравственно. Основные выводы из истории Хасана ибн Саббаха заключаются не в том, что ислам или религия по своей сути предрасполагают к терроризму, а в том, что любая идеология, будь то религиозная, националистическая или иная, может быть использована в драматических и опасных целях. Действительно, "Аламут" был написан в ответ на европейский политический климат 1938 года, когда на континенте набирали силу тоталитарные силы.   Мы надеемся, что мысли, убеждения и мотивы этих персонажей не воспринимаются как представление ислама или как доказательство того, что ислам потворствует насилию или террористам-самоубийцам. Доктрины, представленные в этой книге, включая высший девиз исмаилитов "Ничто не истинно, все дозволено", не соответствуют убеждениям большинства мусульман на протяжении веков, а скорее относительно небольшой секты.   Именно в таком духе мы предлагаем вам наше издание этой книги. Мы надеемся, что вы прочтете и оцените ее по достоинству.    

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