Decidí que podía arreglárselas solo y miré a mi alrededor. En realidad, tendría que haberlo dejado todo tal como estabas los cercos y los charcos de
Pero la limpieza es la maldición de mi familia, y me resultaba difícil dejar la habitación así. De modo que la ordené; dejé las copas y las jarras amontonadas en la cocina y todo limpio, incluso los trozos de la copa que él había roto. Después fui a verlo. Dormía, haciendo los ruidos que siempre hace cuando se va a dormir borracho.
Qué noche. Llené un vaso con vino y me senté en la sala, frente a la pared recién lavada. El sistema de aire se estaba vaciando y volviendo a llenar. Los malos olores se iban desvaneciendo. Oí el zumbido del ventilador y pensé en el
Había visto al menos uno cada vez que había visitado el planeta madre, por lo general al anochecer o a primera hora de la mañana, cuando yo salía a caminar. El animal estaba escarbando en una pila de estiércol, o hurgando en el jardín en busca de algo que comer; era una pequeña criatura redonda y peluda, de un tamaño entre el de una rata y el de una zarigüeya. Tiene el hocico en punta. Las orejas grandes y copetudas. Y una cola prensil larga, estrecha y peluda.
En una ocasión había visto un ejemplar muy grande que se escabullía por un callejón en medio de una capital
Vive en todas partes. Come de todo. No hay forma de librarse de él. La gente lo mira con exasperación y respeto.
Cuando Gwarha me regaló el brazalete, me dijo que el jade era el color de mis iris. Ésa fue la única razón que dio para haberlo comprado, a pesar de que se lo pregunté más de una vez. ¿Por qué el
En las obras de animales para niños, que son invariablemente morales, el
Las obras de animales para adultos son obscenas y se burlan de todos los valores básicos de la sociedad
¿Entonces yo qué era? ¿El
Gwarha me preguntó por qué no estaba furioso. Porque no puedo permitírmelo. El
Me terminé el vino, lavé el vaso y lo dejé junto a los trozos de la copa preferida de Gwarha. Después me fui a dormir.
No dejé la puerta cerrada con llave. Vino a verme a mitad del primer
—Mira lo que ese insecticida casero me ha dejado de regalo.
Se sentó y se frotó la cara; luego se masajeó la frente y la zona que rodea las orejas.
—Te crees muy listo —dijo en inglés—. No lo eres.
—¿Quieres saber lo que ocurrió anoche? ¿O lo recuerdas?
Se frotó el cuello.
—Tuve una discusión con Shen Walha.
—Bingo.
—No hagas eso, Nicky.
—¿Qué?
—Utilizar palabras que no comprendo. Sabe la Diosa que esta mañana apenas puedo entender la lengua de Eh y Ahara.
Seguí hablando en su lengua nativa y describí todo lo que había visto la noche anterior.
Cuando concluí, dijo:
—Lo recuerdo casi todo. Tendré que encontrar a alguien que reemplace a Wally.
—Creo que sí, aunque tal vez soy parcial y tendrías que encontrarle un cargo nuevo. Es muy bueno. No te interesa que se pase al enemigo, y no quieres castigarlo por hablar honestamente.
—No me digas cómo ser un principal.
—Sí, Primer Defensor.
—Caray, qué lío —dijo en inglés.
—¿Cuánto hace que ocurre esto?
Me miró desconcertado.
—¿Cuántos son los que dicen que los humanos somos animales?
Guardó silencio un instante y luego respondió con cautela.
—Wally no es el único. Creo que hay muchos que dicen esto… muchos más de lo que yo creía. Yo soy el Amante del Humano. Hay cosas que no se dicen en mi presencia. Mis parientes del sexo masculino me han contado parte de lo que sucede, pero creo que incluso ellos tienen miedo de contármelo todo.
»Creo que los rumores aumentan. Muchos hombres creen que las negociaciones van a fracasar. Tendremos que luchar con los humanos, y si ellos no luchan como personas, tendremos que destrozarlos.
Destrozarlos. Cortarlos. Descuartizarlos. Las tres traducciones son posibles. Es una palabra desagradable, llena de violencia, y no se utiliza para describir la forma en que los hombres se tratan entre sí.
—¿Por qué no me has hablado de esto?
—No estoy obligado a decirte todo lo que sé.