Los estudiantes estaban de pie alrededor de los muros en un anillo grande (alguno de ellos, advirtió Harry, estaba cubierto de una substancia parecida a Stinksap); Maestros y fantasmas estaban también con la gente. Destacando entre los espectadores estaban miembros del Escuadrón Inquisitorial, a quienes se les veía excepcionalmente contento con ellos mismos, y todos , miraban fijamente hacia abajo en donde Fred y George estaban en pie en medio del piso, con la mirada inconfundible de dos personas que acaban de ser atrapadas…
-¡Aja…!- dijo Umbridge triunfalmente. Harry comprendió que ella estaba parada solamente algunas escaleras delante de él y un poco por encima de sus presas. -¿Así que pensais que es divertido convertir un pasillo de la escuela en un pantano?-
-Bastante divertido, sí, -dijo Fred contemplándola sin el signo más leve de miedo.
Filtch se agitó al lado de Umbridge, casi llorando con felicidad.
-Tengo la manera, directora-, dijo él roncamente ondeando el pedazo de pergamino que Harry le había visto tomar de su escritorio. -He obtenido la autorización y tengo los látigos esperando… Oh, déjeme hacerlo ahora…-
-Muy bien, Aarhus,- dijo ella. -Ustedes dos, -ella siguió, contemplando abajo a Fred y George, -están a punto de aprender lo que les sucede a los malhechores en mi escuela.
-¿Usted sabe qué?- Dijo Fred. –no creo que lo hagamos.-
Se volvió hacia su gemelo.
-George, - dijo Fred, - pienso que se nos ha quedado pequeña la educación a jornada completa.-
-Si, pienso lo mismo –Dijo George animado.
-¿Crées que es tiempo de probar nuestros talentos en el mundo real? –preguntó Fred.
-Definitivamente, -dijo George.
680
Y antes de que Umbridge pudiera decir una sola palabra, levantaron sus varitas y dijeron conjuntamente:
-¡Accio escobas!
Harry oyó un choque estruendoso en alguna parte a lo lejos.
Mirando hacia su izquierda, se agachó rápidamente justo a tiempo. Las escobas de Fred y George, se habían arrancado de la pesada cadena y la clavija de hierro con la cual Umbridge se los había sujetado en el muro, y se lanzaban a lo largo del corredor hacia sus dueños; Dieron vuelta a la izquierda, se movieron a gran velocidad bajando las escaleras y se detuvieron delante de los gemelos, con la cadena traqueteando ruidosamente en el piso enlosado de piedra.
-No, nos veremos,- dijo Fred a la Profesora Umbridge, meciendo su pierna sobre su palo de escoba.
-Si, y no se moleste por mantenerse en contacto - dijo George, montando en la suya.
Fred miró alrededor a los estudiantes en el gentío silencioso, vigilante.
-Quien quiera comprar un eficaz Pantano Portátil, como hemos demostrado con el del piso superior, que venga al noventa y tres del Callejón Diagón – Bromas mágicas Wesley- dijo en voz alta.
-¡Nuestros nuevos locales!-
-Habrá un descuento especial para los estudiantes de Hogwarts que juren que van a usar nuestros productos para deshacerse de ese viejo murciélago -añadió George, señalando a la Profesora Umbridge.
-¡DETÉNGANLOS! -gritó Umbridge, pero ya era demasiado tarde. Cuando el Escuadrón Inquisitorial se acercó, Fred y George despegaron del suelo, y salieron disparados a cinco metros en el aire, con la clavija de hierro meciéndose peligrosamente bajo. Fred miro a través del vestíbulo al poltergeist oscilando arriba y abajo sobre la gente.
-Hazle la vida un infierno, Peeves.-
Y Peeves, a quién Harry nunca había visto acatar una orden de un estudiante antes, hizo un barrido con el sombrero acampanado 681
de su cabeza en un saludo cuando Fred y George dieron media vuelta ante el aplauso tumultuoso de los estudiantes de abajo y aceleraron saliendo por las puertas principales abiertas en una gloriosa puesta de sol.
&$3,78/2
*5$:3
La historia del vuelo de Fred y de George hacia la libertad se retomaba a menudo los siguientes días tanto que Harry podría decir que pronto se convertiría en alguna de las leyendas de Hogwarts: en una semana, cualquiera de los que habían sido testigos presénciales más o menos fueron convencidos que habían visto a los gemelos dirigirle una bomba a Umbrige en sus escobas y tirarlas bombas fétidas antes de visualizar su salida de las puertas. Las consecuencias inmediatas de su salida hicieron un gran alboroto hablando de como copiarlos. Harry oyó con frecuencia a estudiantes el decir de cosas como, ' honestamente yo he sentido ganas de saltar sobre mi escoba y salir de este lugar,
' o bien, ' una lección más como ésa y yo podría apenas ser un Weasley.'