“Dale un respiro, Hermione,” dijo Ron, sonriendo mientras cerraba la puerta detrás de Harry. Parecía que había crecido varias pulgadas más durante el mes que habían pasado separados.
Tenía un aspecto mucho más alto y desgarbado que nunca, aunque la nariz larga, el pelo rojo brillante y sus pecas seguían siendo las mismas.
Todavía sonriendo, Hermione dejó libre a Harry, pero antes de que pudiera decir otra palabra, se oyó un suave aleteo y algo blanco salió disparado de lo alto del oscuro armario y aterrizó gentilmente en el hombro de Harry.
“¡Hedwig!”
La blanquecina lechuza chasqueó su pico y mordisqueó su oreja de manera cariñosa, mientras Harry acariciaba sus plumas.
“Ha estado muy a gusto”, dijo Ron.”Picoteándonos hasta la muerte cuando trajo tus últimas cartas. Mira esto-“
Le enseñó a Harry el dedo índice de su mano derecha, el cual ostentaba una media cicatriz, pero con un corte bastante profundo.
“Oh, sí”, dijo Harry. “Lo siento, pero necesitaba respuestas, entendeis...“
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“Queríamos dártelas, colega”, dijo Ron. “Hermione creía que nos estábamos pasando. No paraba de decir que harías algo estúpido si te sentías abandonado y sin noticias, pero Dumbledore nos hizo-“
“- jurar que no me diríais nada”, dijo Harry. “Sí, Hermione ya me lo ha dicho”.
El sensación cálida que se había encendido en él al ver a sus dos mejores amigos, se había extinguido, y ahora algo helado estaba inundando la boca de su estómago. En un instante -después de haber estado suspirando por verles durante un interminable mes-sintió que habría preferido que Ron y Hermione le dejaran solo en ese momento.
Se produjo un tenso silencio en el cual Harry acariciaba a Hedwig de manera automática, sin mirar a ninguno de los dos.
“Creo que pensó que era lo mejor”, dijo Hermione casi sin aliento, “Dumbledore, quiero decir”.
“Bien”, dijo Harry. Se dio cuenta de que las manos de Hermione también estaban marcadas por los picotazos de Hedwig y descubrió que no lo sentía por ellos del todo.
“Creo que pensó que estarías más a salvo con los Muggles-
“empezó a decir Ron.
“¿Si?” dijo Harry, alzando sus cejas. “¿Alguno de vosotros ha sido atacado por Dementores este verano?”
“Bueno, no- pero para eso es para lo que tiene a gente de la Orden del Fénix vigilándote todo el tiempo-“
Harry sintió una gran sacudida en sus tripas, como si se hubiera saltado un escalón bajando las escaleras. Eso quería decir que todo el mundo sabía que estaba siendo vigilado, excepto él.
“¿Aunque eso no funcionó tan bien, no?” dijo Harry, haciendo todo lo posible para mantener la voz intacta, en el mismo tono.”Tuve que cuidarme yo mismo después de todo, no?”
“Estaba muy enfadado”, dijo Hermione, con voz respetuosa.
“Dumbledore. Lo vimos. Cuando descubrió que Mundungus se había marchado antes de que su turno hubiera acabado. Estaba muy asustado”.
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“Bueno, estoy contento de que se hubiera marchado”, dijo Harry fríamente. “Si no lo hubiera hecho, no habría hecho magia y Dumbledore probablemente me hubiera dejado el resto del verano en Privet Drive”.
“No estás.....no estás preocupado por la visita al Ministerio de Magia?” dijo Hermione tranquilamente.
“No”, mintió Harry, desafiante. Se alejó de ellos, mirando alrededor, con Hedwig acurrucada en su hombro, pero esa habitación no parecía no ayudarle a ahuyentar sus espíritus. Era oscura y tenebrosa. Un trecho blanco lleno de lienzos de cuadros ornamentales era lo único que aliviaba la desnudez de las desconchadas paredes, y mientras Harry les echaba un vistazo tuvo la sensación de haber oído a alguien, que estaba al acecho fuera de su visión, riéndose disimuladamente.
“¿Entonces por qué Dumbledore tiene tantas ganas de mantenerme oculto?” preguntó Harry, todavía intentando hacer que su tono de voz sonara casual. “¿Alguno de vosotros- eh- se lo ha preguntado?”
Echó una ojeada en el momento justo en el que vio a los dos intercambiando una mirada que le decía que se estaba comportando como ellos temían que lo hiciera. Pero esto no mejoró su humor.
“Le dijimos a Dumbledore que queríamos decirte lo que estaba pasando”, dijo Ron. “Lo hicimos, colega. Pero él está muy ocupado ahora, sólo le hemos visto dos veces desde que llegamos aquí y no tenía mucho tiempo. Simplemente nos hizo jurar que no te diríamos ninguna cosa importante cuando te escribiéramos. Dijo que las lechuzas podían ser interceptadas”.
“Pero él podría haberme mantenido informado si hubiera querido,” dijo Harry, cortante. “No intentéis convencerme de que él no tiene maneras de mandarme mensajes sin usar lechuzas”.