Lejos, muy lejos por encima de ellos, un chorro de chispas rojas volaron entre las estrellas. Harry las reconoció como chispas de varita. Pasó su pierna derecha sobre su Saeta de Fuego, apretó su mango fuertemente, y la sintió vibrando ligeramente, mientras estaba emocionado de que estaría en el aire una vez más.
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-¡Segunda señal, vámonos!-dijo Lupin estruendosamente, mientras mas chispas, verdes esta vez, explotaron sobre ellos.
Harry golpeó fuertemente el suelo. El aire frío de la noche corrió a través de su cabello mientras los limpios jardines de Privet Drive se hacían más pequeños, encogiéndose rápidamente en remiendos de verdes oscuros y negros, y cualquier pensamiento del juicio del Ministerio se esfumó de su cabeza mientras las ráfagas de aire soplaban su cabeza. Sentía como si su corazón fuera a explotar de felicidad; estaba volando de nuevo, marchándose de Privet Drive como lo había soñado durante todo el verano, se iba a casa...Durante unos gloriosos momentos, todos sus problemas se vieron reducidos a nada, insignificantes en el vasto cielo estrellado.
-¡Vuelta a la izquierda, vuelta a la izquierda, hay un muggle mirando hacia arriba!.-gritó Moody a su lado. Tonks giró bruscamente y Harry la siguió, mirando su baúl balanceándose descontroladamente debajo de su escoba.- ¡Necesitamos mas altura...Aumenten otro cuarto de milla!
Los ojos de Harry lloraban mientras aumentaron su altura; no podía ver nada debajo de el, pero ahora pequeñas luces que eran faros de carros y focos de la calle. Dos de estas pequeñas luces debían pertenecer al carro de tío Vernon...Los Dursleys debían de estar regresando a su casa, llenos de furia por el concurso de césped inexistente...y Harry se rió fuertemente con este pensamiento, aunque su voz era ahogada por el susurro de las túnicas de los demás, el crujido del arnés sosteniendo su baúl y la jaula, el susurro del viento en sus oídos mientras pasaban por el aire. Harry no se había sentido así de vivo en un mes, o así de feliz...
-¡Giren al sur!.-gritó Ojo loco.- ¡La ciudad está delante!
Dieron vuelta a la derecha, así que no pasaron directamente sobre las telarañas de luz de abajo.
-¡Giren al sureste y sigan subiendo, hay otra nube ligera arriba en la que nos podemos ocultar!.-dijo Moody
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-¡No vamos a ir a través de las nubes!.- gritó Tonks enojada.-
¡Nos mojaremos, Ojo loco!
Harry estaba aliviado de oírla decir eso; sus manos estaban poniéndose torpes sobre el mango de su Saeta de Fuego. Deseaba haberse puesto un abrigo; Estaba empezando a tiritar.
Alteraban su curso cada cuando según las instrucciones de Moody. Los ojos de Harry se empezaban a cerrar por la corriente de aire congelante que estaba haciendo doler sus oídos. Recordó haber sentido antes ese frío en una escoba, durante un partido contra Hufflepuff en su tercer año, el cual había tenido lugar durante una tormenta. Los guardianes alrededor de el estaban circulándolo continuamente como grandes pájaros depredadores.
Harry perdió la noción del tiempo. Se preguntaba por cuanto tiempo habían estado volando; se sentía como una hora por lo menos.
-¡Vuelta al sureste!.-gritó Moody.- ¡Queremos evadir la autopista!
Harry estaba tan congelado que pensaba en momentos por los interiores calientes de los autos que estaban pasando por debajo, después, durante mas tiempo, viajando en polvos Flu; podía ser incómodo dar vueltas en las chimeneas, pero por lo menos se estaba caliente en las llamas...Kingsley Shacklebolt voló en picada alrededor de el, con su cabeza calva y su arete brillando débilmente a la luz de la luna...Ahora Emmeline Vance estaba a su derecha, con su varita fuera, y su cabeza girando de derecha a izquierda...después ella también voló en picado, y fue reemplazada por Sturgis Podmore...
-¡Deberíamos volver un momento, sólo para asegurarnos que no nos están siguiendo!.- gritó Moody
-¿ESTAS LOCO, OJO LOCO?.- gritó Tonks desde adelante.
¡Estamos congelados hasta los huesos! ¡Si te sigues saliendo del camino no llegaremos allá hasta la próxima semana! ¡Estamos ya muy cerca!
-¡Es tiempo de empezar el descenso!.- la voz de Lupin se oyó.-
¡Sigue a Tonks, Harry!
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Harry siguió a Tonks en picado. Se estaban dirigiendo a la más grande colección de luces que habían visto hasta el momento, enormes, expansivas, brillando en filas y rejillas, esparcidas en parches de color negro. Fueron descendiendo mas y mas, hasta que Harry pudo ver los faros y las lámparas, chimeneas y antenas de televisión. Deseaba tocar el suelo, aunque estaba seguro de que alguien tendría que descongelarlo de su escoba.
-¡Aquí vamos!.-dijo Tonks, y unos segundos después aterrizaron.