- Si, ' Dudley susurró, todavía temblando.
- ‘Entonces', dijo tío Vernon, con la voz restaurada al volumen completo y considerable mientras que se enderezaba. 'Tu pusiste algún tipo de encantamiento chiflado en mi hijo para que él oyera voces y creyera que fue - ¿fue condenado a la miseria, o algo?, ¿no es cierto?'
- ‘¿Cuántas veces tengo que decirle?' dijo Harry, de mal genio y ambos se levantaron.- ¡No era yo! Eran un par de Dementores!'
- '¿Un par de… que cosa?
- ‘De-men–to-res’, dijo Harry lenta y claramente. - ' dos de ellos'.
- ¿Y qué demonios son los Dementores?'
- ‘Custodian la prisión de magos, Azkaban, ' dijo tía Petunia.
Dos segundos de silencio siguieron estas palabras antes de que tía Petunia cubriera su boca como si ella hubiera tenido un resbalón y hubiera dicho una palabrota. Tío Vernon la miró sin comprender. El cerebro de Harry daba giros. La señora Figg era una cosa – pero ¿Tía Petunia?
- ¿Cómo sabe eso? – preguntó asombrado.
Tía Petunia parecía absolutamente horrorizada consigo. Echó un vistazo a tío Vernon un poco temerosa, después bajó su mano levemente para revelar sus dientes de caballo.
-'Oí - a ese odioso muchacho - decirle a ella sobre ellos años atrás, - dijo ella nerviosamente.
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- ‘Si te refieres a mi mamá y papá… porqué no utiliza sus nombres?' – dijo Harry en voz alta, pero tía Petunia no le hizo caso. Parecía horriblemente frustrada.
Harry se quedó atontado. A excepción de un arrebato hace años, en el cual tía Petunia había gritado que la madre de Harry había sido un fenómeno, él nunca la había oído mencionar a su hermana. Se quedó asombrado de que ella recordara ese trocito de información sobre el mundo mágico desde hacía tanto tiempo, cuando normalmente pone todas sus energías en fingir que no existe.
Tío Vernon abrió su boca, la cerró, la abrió una vez más, volvió a cerrarla, y aparentemente tratando de recordar como hablar, la abrió por tercera vez, y dijo, ‘Entonces – entonces – ellos – eh –
ellos – ¿realmente existen los Demente-comosea?
Tía Petunia asintió.
Tío Vernon miraba de tía Petunia a Dudley, de Duddley a Harry como si esperar a alguien fuera a gritar 'Dia de los inocentes!'
Cuando nadie lo hizo, él abrió su boca otra vez, pero interrumpió la lucha para encontrar más palabras por la llegada de la tercera lechuza de la tarde. Que paso por la todavía abierta ventana como un cañón, una bola plumosa aterrizó con un estruendo confuso en la mesa de la cocina, haciendo a los tres Dursleys saltar con el estruendo. Harry rasgó un segundo sobre oficial -
que tenía en el pico la lechuza y lo rasgó mientras que la lechuza salía y se retiraba en la noche.
- ‘Suficiente de -ruidosos- búhos', murmuró tío Vernon distraído, deteniéndose frente a la ventana y la cerrándola de golpe.
Estimado Sr. Potter,
Agregando esta carta a la de hace de aproximadamente veintidós minutos, el ministerio de magia ha revisado su decisión para destruir su varita inmediatamente.
Usted puede conservar su varita hasta su audiencia 33
disciplinaria el 20 de agosto, en cuyo caso será tomada una decisión oficial.
Después de la discusión con el director de la escuela Howarts de Magia y Hechicería el ministerio ha convenido que la cuestión de su expulsión también será decidida en aquella fecha. Usted debe por lo tanto considerarse suspendido de investigaciones posteriores pendientes de la escuela.
Con gran afecto
Sinceramente
Mafalda Hopkirk
Oficina del uso incorrecto de la magia
Ministerio de magia.
Harry leyó esta letra tres veces más. El nudo desgraciado en su pecho se aflojó con el alivio de saber que no sería expulsado definitivamente todavía, aunque sus miedos más profundos no se desvanecieron de ninguna manera. Todo dependía de esta audiencia del 20 de agosto.
-'¿Bien?', dijo tío Vernon, recordando Harry sus alrededores.
¿Ahora que? ¿Te han condenado a cualquier cosa? ¿Tienen la pena de muerte?' - agregó como pensamiento esperanzado.
- ‘Tengo ir a una audiencia, ' dijo Harry.’
- ‘¿Y allí te condenarán?’
- ‘Eso supongo’.
- ‘Entonces, todavía tengo esperanzas’.
- ‘Bueno, si eso es todo’, dijo Harry, poniéndose de pie.
Necesitaba desesperadamente estar solo, pensar, tal vez mandar una carta a Ron, Hermione o Sirius.
- ¡NO, NO PARA NADA ES TODO!'- gritó tío Vernon.-
'¡SIÉNTATE OTRA VEZ!'
- ‘¿Ahora que?'- dijo Harry impacientemente.
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- ‘¡DUDDLEY!’, bramó tío Vernon, ‘!quiero saber exactamente lo que le paso a mi hijo¡.
- ‘BIEN’ gritó Harry. Con mal humor y chispas rojas y doradas se dispararon de la punta de su varita, que todavía sujetaba en sus manos. Los tres Dursley titubearon aterrorizados.