Y entonces Voldemort se desvaneció. Harry miró abajo y vio a Hagrid despatarrado sobre el suelo bajo él. Tiró con fuerza del manillar para evitar golpearle, buscó a tientas el freno, pero con un choque ensordecedor que hizo temblar la tierra, se estrelló contra un estanque enlodado.
Cap´ıtulo 5
Guerrero Caido
“¿Hagrid?”
Harry luchaba por levantarse de los restos de metal y cuero que le rodeaban; sus manos se hundieron en unos cent´ımetros de agua lodosa cuando intentó sostenese. No pod´ıa entender por qué Voldemort se hab´ıa marchado y esperaba que surgiera de la oscuridad en cualquier momento. Algo caliente y húmedo goteaba por su barbilla y desde la frente.
Salió gateando del estanque y se tambaleó hacia la gran masa oscura, en el suelo, que era Hagrid.
“¿Hagrid? Hagrid, háblame...”
Pero la masa oscura no se mov´ıa.
“¿Quién está ah´ı? ¿Eres Potter? ¿Eres Harry Potter?”
Harry no reconoció la voz del hombre. Entonces gritó una mujer. “¡Se han estrellado, Ted! ¡Estrellado en el jard´ın!”
La cabeza de Harry daba vueltas.
“Hagrid” repitió estúpidamente, y sus rodillas se doblaron.
Lo siguiente que supo fue que estaba tendido sobre su espalda en lo que parec´ıan como cojines, con una sensación ardiente en las costillas y el brazo derecho. Su diente perdido hab´ıa vuelto a crecer. La cicatriz de su frente todav´ıa estaba latiendo.
“¿Hagrid?”
Abrió los ojos y vio que estaba tendido en el sofá de un salón desconocido e iluminado.
Su mochilla yac´ıa en el suelo a corta distancia, húmeda y embarrada. Un hombre rubio y barrigón estaba observando ansiosamente a Harry.
“Hagrid está bien, hijo,” dijo el hombre, “mi esposa le está atendiendo ahora. ¿Cómo te sientes? ¿Alguna otra cosa rota? Te arreglé las costillas, el diente, y el brazo. Soy Ted, por cierto, Ted Tonks... el padre de Dora.”
Harry se sentó demasiado rápidamente. Estallaban luces ante sus ojos y se sent´ıa enfermo y mareado.
“Voldemort...”
“Tranquilo, vamos” dijo Ted Tonks, colocando una mano en el hombro de Harry y empujándole de vuelta contra los cojines. “Ha sido un feo golpe el que acabas de tener.
¿Qué ocurrió, por cierto? ¿Algo fue mal con la moto? Arthur Weasley la comprobó el mismo, él y sus cachivaches muggles.”
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CAPÍTULO 5. GUERRERO CAIDO
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“No” dijo Harry, mientras su cicatriz pulsaba como una herida abierta. “mort´ıfagos, montones de ellos... nos persegu´ıan...”
“¿Mortifagos?” dijo Ted agudamente. “¿Qué quieres decir, mortifagos? Cre´ıa que no sab´ıan que te trasladaban esta noche, cre´ıa...”
“Lo sab´ıan” dijo Harry.
Ted Tonks levantó la mirada hacia el techo como si pudiera ver el cielo a su través.
“Bueno, ya sabemos que nuestros hechizos protectores aguantan, ¿verdad? No deber´ıan ser capaces de aproximarse a menos de unos cien metros a la redonda.”
Ahora Harry entend´ıa por qué Voldemort se hab´ıa desvanecido; hab´ıa sido en el punto en que la motocicleta hab´ıa cruzado la barrera de encantamientos de la Orden. Solo esperaba que estos continuaran funcionando. Imaginó a Voldemort cien metros por encima de ellos mientras hablaban, buscando una forma de penetrar lo que Harry visualizaba como una gran burbuja transparente.
Bajó las piernas del sofá; ten´ıa que ver a Hagrid con sus propios ojos antes de creer que estaba vivo. No obstante, apenas se hab´ıa levantado cuando una puerta se abrió y Hagrid pasó encogiéndose por ella. Su cara estaba cubierta de barro y sangre y cojeaba un poco, pero estaba milagrosamente vivo.
“¡Harry!”
Volcando dos delicadas mesas y una planta, cubrió el suelo entre ellos con dos zancadas y estrujó a Harry con un abrazo que casi le rompió las recientemente reparadas costillas.
“Caray, Harry, ¿cómo conseguimos salir de esta? Ya cre´ıa que estábamos los dos acabados.”
“Si, yo también. No puedo creer...”
Harry se interrumpió. Acababa de fijarse en la mujer que hab´ıa entrado en la habitación tras Hagrid.
“¡Tú!” gritó, y sacó la mano del bolsillo, pero esta estaba vac´ıa.
“Tu varita está aqu´ı, hijo,” dijo Ted, golpeando ligeramente con ella el brazo de Harry.
“Cayó justo a tu lado, yo la recog´ı... Y es a mi mujer a la que estás gritando.”
“Oh, yo... lo siento.”
Cuando entró en la habitación, el parecido de la Se˜nora Tonks con su hermana Bellatrix se volvió menos pronunciado. su pelo era de un ligero y suave casta˜no y sus ojos eran más grandes y más amables. No obstante, parec´ıa un poco arrogante tras la exclamación de Harry.
“¿Qué le ocurrió a nuestra hija?” preguntó. “Hagrid dice que ca´ısteis en una emboscada; ¿dónde está Nymphadora?”
“No sé” dijo Harry. “No sabemos lo que ocurrió con nadie más.”
Ella y Ted intercambiaron miradas. Una mezcla de miedo y pesar asaltó a Harry a la vista de sus expresiones; si algunos de los otros hab´ıa muerto, era culpa suya, todo culpa suya. Hab´ıa consentido con el plan, les hab´ıa dado su pelo...
“El Traslador” dijo, recordándolo todo de repente. “Tenemos que volver a la Madrigera y averiguar... entonces podremos enviarles noticias, o... o lo hará Tonks, una vez...”