‘¡Qué alegría!’ dijo Ron algo soñoliento, y mientras arrancaba el papel, Harry se levantó de la cama, abrió su baúl y comenzó a revolverlo para sacar el ‘Mapa del Merodeador’, el cual había usado muy a menudo. Sacó más de la mitad del contenido del baúl, hasta que lo encontró escondido bajo sus calcetas en las cuales guardaba la poción de la suerte: Felix Felicis.
‘Listo,’ murmuró, tomando el Mapa y llevándolo a la cama, en donde le dio unos golpecitos en silencio, y susurró,
‘Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas’,’ para que Neville, quien estaba recién sacando un pie de la cama en ese instante, no escuchara.
‘¡Muy bueno, Harry!,’ dijo Ron entusiastamente, agitando el nuevo par de Guantes de Guardián que Harry le había obsequiado.
‘De nada,’ dijo Harry desinteresado, mientras buscaba detenidamente a Malfoy en el dormitorio de Slytherin. ‘Oye
…No creo que esté en su cama …’
Ron no respondió; estaba muy ocupado desenvolviendo los regalos y cada cierto tiempo soltaba alguna exclamación de placer.
‘En serio, ¡buen lote de regalos me dieron este año!,’ anunció, sosteniendo en alto un reloj dorado con símbolos extraños en el borde, y pequeñas estrellas en vez de manecillas. ‘¿Quieres ver lo que mis padres me han regalado?
Creo que tendré que cumplir más seguido la mayoría de edad …’
‘Genial,’ murmuró Harry, mirando de reojo el reloj antes de observar más fijamente el mapa. ¿Dónde estaba Malfoy?
No aparecía ni en la mesa de Slytherin, ni en el Gran Salón desayunando …Tampoco estaba cerca de Snape, quien estaba sentado en su estudio …Tampoco estaba en ninguno de los baños ni en las alas de de Hospital …
‘¿Quieres uno?,’ dijo Ron insistiendo, con una caja de chocolates de Caldero en su mano.
‘No, gracias,’ dijo Harry, levantando la mirada. ‘¡Malfoy se ha ido de nuevo!’
‘¡No puede ser!,’ dijo Ron zampándose un segundo chocolate de Caldero en la boca mientras se deslizaba de la cama para irse a vestir. ‘Vamos, si no te apuras te tendrás que aparecer con el estómago vacío … Aunque tal vez lo haga más fácil, supongo …’ Ron miró pensativamente la caja de chocolates de Caldero, se encogió de hombros y se ayudó a comer un tercero.
Harry golpeó el Mapa con su varita, susurró ‘Travesura realizada’, aunque no la hubiera realizado, y se vistió, pensando con concentración. Tenía que haber alguna explicación para las desapariciones periódicas de Malfoy, pero no podía pensar qué podría ser. La mejor forma de averiguarlo sería siguiéndolo, pero incluso con la Capa Invisible Easy PDF Copyright © 1998,2005 Visage Software
This document was created with FREE version of Easy PDF.Please visit http://www.visagesoft.com for more details ésta sería una idea impráctica: Harry tenía clases, prácticas de Quidditch, tareas, y Aparición; no podía perseguir a Malfoy alrededor de la escuela todo el día sin que hayan notado su ausencia.
‘¿Listo?,’ le dijo a Ron.
Estaba a mitad de camino a la puerta del dormitorio cuando notó que Ron no se movía, y estaba apoyado en el poste de su cama mirando hacia fuera por la ventana lavada por la lluvia, con una mirada perdida en la cara.
‘¿Ron? El desayuno.’
‘No tengo hambre.’
Harry se quedó mirando.
‘¿Pero no dijiste hace poco qué ...?’
‘Bueno, está bien, iré contigo,’ suspiró Ron nuevamente. ‘Tú … tu no entenderías.’
‘Está bien,’ dijo Harry aunque estaba un poco confundido, y se dirigió hacia la puerta abierta.
‘¡Harry!,’ dijo Ron de pronto.
‘¿Qué?’
‘Harry, ¡no lo puedo soportar!’
‘¿Qué cosa no puedes soportar?,’ preguntó Harry, ahora comenzando a alarmarse. Ron estaba muy pálido y lucía como si se fuese a enfermar.
‘¡No puedo dejar de pensar en ella!,’ dijo Ron con voz ronca.
Harry se quedó mirándolo con la boca abierta. No se lo esperaba y no estaba muy seguro de si quería oírlo o no.
Muy amigos podrían ser, pero si Ron comenzaba a llamar a Lavender ‘Lav-Lav’ él tendría que distanciarse de Ron.
‘¿Y porqué eso no te deja ir a desayunar?,’ preguntó Harry, intentando tratar el tema con algo de sentido común.
‘No creo que ella sepa que existo,’ dijo Ron con un gesto desesperado.
‘Ella definitivamente sabe que existes,’ dijo Harry, un tanto aturdido. ‘Te sigue besuqueando, ¿no es cierto?’
Ron parpadeó:
‘¿De quién hablas?’
‘¿De quién hablas tú?,’ dijo Harry, con el presentimiento de que era una conversación sin sentido.
‘Romilda Vane,’ dijo Ron suavemente, y toda su cara pareció iluminarse al decirlo, como si le hubiesen llegado al rostro los rayos solares.
Se miraron mutuamente por casi un minuto, antes de que Harry dijese:
‘¿Es una broma, verdad? Estás bromeando.’
‘Creo … Harry, creo que la amo,’ dijo Ron con una voz sofocada.
‘Está bien,’ dijo Harry, caminando hacia Ron para ver mejor sus ojos vidriosos y su piel pálida. ‘Está bien … Repítelo pero esta vez en serio.’
‘La amo,’ repitió Ron jadeando. ‘¿Has visto el pelo, es negro, brillante y sedoso … y sus ojos? Sus bellos ojos grandes. Y su ...’
‘Esto es muy entretenido y todo eso,’ dijo Harry impacientemente, ‘pero está bien de bromas, ¿entendido?
Déjalas.’