‘¡Ah! Está bien, pasen, pasen,’ dijo Slughorn relajándose. ‘Tengo lo necesario en mi maletín, no es un antídoto muy Easy PDF Copyright © 1998,2005 Visage Software
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Ron prorrumpió al Salón apretado y acalorado de Slughorn y se tropezó con un banco adornado y se recuperó afirmándose en el cuello de Harry y murmuró:
‘Ella no vio eso, ¿no?’
‘Todavía no llega,’ dijo Harry, observando a Slughorn abrir su set de Pociones, y añadiendo un poco de esto y aquello a una botellita pequeña de cristal.
‘¡Qué bien!,’ dijo Ron luciendo acalorado ‘¿Cómo me veo?’
‘Bastante guapo,’ dijo Slughorn con suavidad, pasándole a Ron una copa con líquido claro. ‘Ahora bébete esto, es un brebaje que calma los nervios, así te mantendrás calmado hasta que llegue ella.’
‘Perfecto ...’ dijo Ron jovialmente, y se tragó el antídoto ruidosamente.
Harry y Slughorn lo observaron. Por unos instantes, Ron les sonrió. Luego, muy lentamente, su rostro pareció encogerse en una mueca y luego se esfumó, para ser reemplazado por una expresión increíble de terror.
‘¿Volviste a la normalidad?,’ dijo Harry sonriendo de oreja a oreja. Slughorn rió entre dientes. ‘Muchas gracias, Profesor.’
‘Ni lo menciones, Harry, ni lo menciones,’ dijo Slughorn, cuando Ron se desplomó sobre un sillón cercano, luciendo devastado. ‘Necesita que alguien lo levante, eso es lo que necesita,’ continúo Slughorn, desordenando una mesa con bebidas. ‘Tengo cerveza de manteca, vino, y una última botella de Hidromiel con especies … mmm … esperaba dársela a Dumbledore para Navidad … pero bueno …,’ se encogió de hombros. ’¡No puede extrañar lo que nunca tuvo! ¿Por qué no la abrimos de inmediato y celebramos el Cumpleaños del Señor Weasley? Nada como un poco de bebida para ahogar las penas de un amor no correspondido.
Rió de nuevo, y Harry se le unió. Esta era la primera vez que se hallaba casi solo con Slughorn desde el desastroso primer intento que tuvo tratando de obtener un recuerdo concreto de él. Tal vez, si pudiese mantener a Slughorn de buen humor … tal vez si tomaba suficiente Hidromiel con especias …
‘Aquí tienen,’ dijo Slughorn entregándoles a Harry y a Ron una copa de Hidromiel antes de levantar la suya. ‘Bueno, un muy Feliz Cumpleaños, Ralph ...’
‘Ron,’ susurró Harry.
Pero Ron, quién no parció haber oído el brindis, llevó la copa a su boca y se tragó de un sorbo.
Hubo un instante, no mayor que el de un latido, en el cual Harry se dio cuenta de que algo horrible ocurriría, y Slughorn, parecía, no lo notó.
‘… y que hayan muchos más ...’
‘¡Ron!’
Ron dejó caer su copa, estaba a la mitad de levantarse cuando decayó; sus extremidades tiritaban descontroladamente. Caía espuma de su boca y sus ojos se salían de órbita.
‘¡Profesor!,’ gritó Harry. ‘¡Haga algo!’
Pero Slughorn se había paralizado de la impresión. Ron se agitaba, ahogado: su piel se estaba poniendo azul.
‘Qué .... pero ...,’ balbuceó Slughorn.
Harry brincó sobre una mesa de abajo y corrió hacia el set de pociones todavía abierto, sacando bolsas y botellas mientras el terrible sonido de las gárgoras que hacía Ron llenaba la habitación. Luego lo encontró: la piedra que parecía riñón arrugado que había ocupado en Pociones y Slughorn se había llevado.
Se lanzó de vuelta hacia el lado de Ron, abrió su garganta haciéndole un poco de daño y metió el bezoar en su boca.
Ron se estremeció fuertemente, suspiró ruidosamente y se quedó débil y quieto.
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‘¿Entonces, después de todo, no fue uno de los mejores cumpleaños de Ron?’ dijo Fred.
Era de tarde, el ala del hospital estaba tranquila, las cortinas corridas, las lámparas encendidas. La cama de Ron era la única ocupada. Harry, Hermione, y Ginny estaba sentados alrededor de él, habían pasado todo el día esperando del otro lado de las puertas dobles tratando de ver cuando alguien entrara o saliera. Madam Pomfrey les había permitido entrar hasta las ocho. Fred y George habían llegado a las diez.
‘Esta no es la manera en la cual nos habíamos imaginado darle nuestro regalo,’ dijo George, en tono grave, dejando un gran paquete envuelto en el gabinete al lado de la cama de Ron, mientras que se sentaba al lado de Ginny.
‘Si, cuando nos imaginamos la escena, él estaba consciente,’ dijo Fred.
‘Allí estábamos, en Hogsmeade, esperando sorprenderlo …’ dijo George.
‘¿Estaban en Hogsmeade?’ preguntó Ginny, mirándolos.
‘Estábamos pensando en comprar en Zonko,’ dijo Fred melancólicamente. ‘Una sucursal en Hogsmeade, ya sabes, pero no nos ayudará ahora que no tienen permiso de ir a Hogsmade a comprar nuestras cosas … Pero olvídenlo por ahora.’
Acercó una silla y se sentó al lado de Harry mirando la pálida cara de Ron.
‘¿Cómo sucedió exactamente, Harry?’