Читаем En el primer cí­rculo полностью

"La acción de nuestra extraordinaria historia tuvo lugar durante la achicharrante ola de calor del año 194..., cuando los prisioneros, cuyo número sobrepasaba en mucho al de los legendarios cuarenta ladrones, languidecían medio desnudos en el aire viciado, detrás de las ventanas cerradas por los bozales de una celda en la mundialmente célebre cárcel Butyrsky.

"¿Qué se puede decir de esta utilísima institución? Su origen se remonta hasta la época de Catalina la Grande, cuando no era más que una barraca para las tropas. En esa época de crueldad de la Emperatriz, no escatimaron ladrillos para construir las paredes de las fortificaciones y las bóvedas de los techos.

Construyose el venerable castillo como todo castillo ha de ser.

"Después de la muerte de la iluminada y epistolar amiga de Voltaire, las cámaras resonantes que el tosco paso de las botas de los carabineros había poblado de marciales ecos, quedaron abandonadas. Pero años después, a medida que el progreso tan deseado por todos nosotros avanzaba en nuestra patria, los coronados descendientes de la susodicha dama autoritaria creyeron conveniente alojar allí, en píe de igualdad, a herejes que hacían tambalear el trono ortodoxo y a oscurantistas refractarios al progreso.

"La cuchara del albañil y la espátula del revocador dividieron esas bóvedas en cientos de celdas espaciosas y acogedoras. La insuperable maestría de los herreros rusos forjó enrejados fortísimos para las ventanas, y estructuras tubulares para apoyar literas que se colocaban de noche y se retiraban de día. Los mejores artesanos de entre nuestros talentosos siervos contribuyeron enormemente a la gloria inmortal del castillo de Butyrsky: los tejedores tejieron lonetas para tender sobre los sostenes en vez de los duros camastros; les plomeros instalaron un eficiente sistema para la eliminación de aguas servidas; los caldereros hicieron letrinas en dos cómodas medidas, terminadas con manijas y hasta con tapas; los carpinteros practicaron los "agujeros en las puertas", por donde se pasaba la comida y los vidrieros instalaron mirillas; los cerrajeros colocaron cerraduras; y, últimamente, durante la moderna era del comisario del pueblo Yezhov, especialistas en la materia vertieron vidrio opaco derretido sobre las verjas de acero que se colocaron de refuerzo, creando así estos originales bozales para las ventanas, cuya misión consistía en cortar las sediciosas miradas que los aviesos prisioneros podían dirigir hacia el patio de la cárcel, hacia la capilla de los presos (que también solía servir de calabozo), o simplemente hacia un pedazo de cielo azul.

"Consideraciones de orden práctico indujeron a los encargados del sanatorio de Butyrsky a colocar veinticinco armazones para cuchetas en las paredes de cada celda, simplificando así el recuento de los prisioneros (dado que pocos eran los guardias que contaban con estudios superiores completos); cuatro celdas representaban cien cabezas; un pasillo de ocho celdas representaba doscientas cabezas.

Y así, por largas décadas, floreció esta saludable institución, sin despertar ni la censura de la sociedad, ni las quejas de los prisioneros. Podemos deducir que, prácticamente, no había ninguna objeción por parte de la sociedad, del hecho de que muy pocas aparecieron en las páginas del 'Boletín de la Bolsa', y absolutamente ninguna en el Izvestiya, el periódico de los diputados, de los trabajadores y los campesinos.

"Pero el paso del tiempo no favorecía al mayor general que regía la cárcel de Butyrsky. En los primeros días de la guerra, hubo que violar la norma establecida referente a los veinticinco habitantes por celda, para admitir nuevos pobladores, para quienes no había cuchetas. Cuando el excedente tomó proporciones alarmantes, las literas fueron definitivamente quitadas, así como las lonetas, y grandes tablones ocuparon su lugar. El triunfante mayor general y sus camaradas pudieron así hacinar hasta cincuenta personas en cada celda y después de la guerra, setenta y cinco. Todo esto, sin embargo, no afectaba en lo más mínimo la situación de los carceleros, que ahora sabían que había seiscientas cabezas en cada pasillo. Además, se les pagaba extra por cada supernumerario.

"En semejantes condiciones de densidad, no tenía sentido el repartir libros, juegos de ajedrez, o dominó, ya que de todas maneras, ni siquiera hubieran cabido en la celda. Con el tiempo, la ración de pan para estos enemigos del pueblo fue reducida; el pescado reemplazado por carne de anfibios e himenópteros; repollo y ortigas suplantados por forraje. La terrorífica torre Pugachev, donde la Emperatriz había mantenido en cadenas al héroe popular, cumplía ahora la pacífica misión de silo.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Аламут (ЛП)
Аламут (ЛП)

"При самом близоруком прочтении "Аламута", - пишет переводчик Майкл Биггинс в своем послесловии к этому изданию, - могут укрепиться некоторые стереотипные представления о Ближнем Востоке как об исключительном доме фанатиков и беспрекословных фундаменталистов... Но внимательные читатели должны уходить от "Аламута" совсем с другим ощущением".   Публикуя эту книгу, мы стремимся разрушить ненавистные стереотипы, а не укрепить их. Что мы отмечаем в "Аламуте", так это то, как автор показывает, что любой идеологией может манипулировать харизматичный лидер и превращать индивидуальные убеждения в фанатизм. Аламут можно рассматривать как аргумент против систем верований, которые лишают человека способности действовать и мыслить нравственно. Основные выводы из истории Хасана ибн Саббаха заключаются не в том, что ислам или религия по своей сути предрасполагают к терроризму, а в том, что любая идеология, будь то религиозная, националистическая или иная, может быть использована в драматических и опасных целях. Действительно, "Аламут" был написан в ответ на европейский политический климат 1938 года, когда на континенте набирали силу тоталитарные силы.   Мы надеемся, что мысли, убеждения и мотивы этих персонажей не воспринимаются как представление ислама или как доказательство того, что ислам потворствует насилию или террористам-самоубийцам. Доктрины, представленные в этой книге, включая высший девиз исмаилитов "Ничто не истинно, все дозволено", не соответствуют убеждениям большинства мусульман на протяжении веков, а скорее относительно небольшой секты.   Именно в таком духе мы предлагаем вам наше издание этой книги. Мы надеемся, что вы прочтете и оцените ее по достоинству.    

Владимир Бартол

Проза / Историческая проза