Читаем Círculo de espadas полностью

Al llegar a una esquina, doblaron por otro pasillo. Anna miró hacia delante. Una figura alta y delgada se encontraba de pie mirando en su dirección, cruzado de brazos y con un hombro apoyado en la pared gris del pasillo. Muy típico. Lo que recordaba de Nicholas era que se pasaba el tiempo holgazaneando, salvo al final.

El hombre se irguió y se separó de la pared, desplegando los brazos y separándolos de los costados. Debía de ser un ademán formal: brazos rectos, manos en posición horizontal, con las palmas hacia adelante. Tenía los dedos juntos y los pulgares hacia arriba. ¿Qué significaba? ¿Tal vez «no tengo nada en las manos ni en las mangas»?

Hai Atala se detuvo e hizo el mismo ademán.

—Hola, Anna —la saludó Nicholas y sonrió. Tenía casi el mismo aspecto que dos años antes. Un poco más viejo, tal vez. Con más mechones grises.

Hai Atala anunció:

—Nicky hará las veces de escolta, miembro. No tengo parientes en la zona de la estación reservada a las mujeres. En realidad, no debería entrar. Nicky, al menos, pertenece a la misma especie que usted, y dice que es de la misma zona del planeta que usted.

—¿De veras? —preguntó Anna.

—Leí tu historial. Tú creciste en la zona de Chicago. Yo crecí en Kansas. Los dos somos del Medio Oeste. Eso casi nos convierte en parientes. ¿Puedo llevarte la bolsa?

—Se supone que no debo soltarla. El enemigo podría ponerme algo dentro. Un aparato de escucha, una bomba.

—Podemos escuchar perfectamente bien con los dispositivos de las paredes —intervino Hai Atala—. Y nadie haría estallar una bomba en su propia estación espacial. —El alienígena hizo una pausa—. En cualquier caso, no una bomba grande. Espero verla más tarde, miembro. —Dio media vuelta y se alejó. Anna lo observó mientras se marchaba.

—¿Es una alucinación, o se mueve aún más deliciosamente que el otro hwar?

—Les encanta ponerse nombres —comentó Nicholas—. Sobre todo a los hombres. Por lo general son nombres humorísticos y a menudo de un humor desagradable; pero su apodo es el Hombre Garboso. No sólo por la forma en que se mueve. Posee un espíritu garboso y también lo es en el trato social. Y tiene una mente mucho más abierta que la mayoría del Pueblo. Un joven muy bueno, que será muy importante si no se desencadena una guerra grave. Si acabamos combatiendo a la Confederación, tendrás el dudoso placer de tratar con Wally Shen.

—¿Y tú tienes algún apodo? —preguntó Anna.

—Un par. El Hombre al Que No le Gusta Responder Preguntas y el Hombre Que Odia las Moquetas. —Rozó con la sandalia la moqueta que cubría el suelo—. He vivido con esta cosa durante veinte años, y aún me arranca improperios.

Iba vestido con una camisa de color pardo, de manga larga, pantalones del mismo color y sandalias. Como antes, algo fallaba en su ropa, como si la hubiese confeccionado un sastre que no estuviera totalmente seguro de lo que hacía. Llevaba dos insignias redondas adheridas al cinturón: de metal esmaltado con emblemas que Anna no reconoció y algo que, casi con toda seguridad, eran letras.

—Vamos —propuso Nicholas.

Echaron a andar. Metió las manos en los bolsillos casi de inmediato y caminó a grandes zancadas que nada tenían que ver con los graciosos movimientos de Hai Atala.

—¿Qué ha pasado con los uniformes? —preguntó ella unos instantes después.

—Lo que ves ahora es el atuendo habitual de los hombres hwarbath. Recuerda que los miembros del Pueblo tienen el cuerpo cubierto de pelaje, y que, en gran número, los hombres viven en lugares con clima artificial. ¿Para qué iban a necesitar ropa? Necesitan bolsillos y un lugar donde colgar la placa de identificación, y deben cubrirse lo suficiente para que las personas provenientes de culturas recatadas no se sientan perturbadas. Y eso es lo que hay.

—Los uniformes del planeta eran falsos —dijo Anna.

—Parte de un vestuario —puntualizó Nicholas—. Como el de una obra de teatro. Advertí al general de que a los humanos podía resultarles difícil tomarse en serio a una persona vestida con pantalones cortos. De modo que hicimos que el Cuerpo de Arte diseñara uniformes de cadetes del espacio. Me parecieron muy logrados. Me gustaron especialmente las botas altas, negras y brillantes, aunque no consigo imaginarme su utilidad. Nadie monta a caballo en una estación espacial, ni se dedica al excursionismo. El problema de las mordeduras de serpiente es mínimo. Es posible que se usen para patear a los subordinados, mientras se pronuncian blasfemias guturales en una lengua desconocida —Anna había olvidado el sonido de la voz de Nicholas. Era una voz de tenor, ligera, agradable y divertida.

—¿Hacen esa clase de cosas?

—¿Patear a los subordinados? No, y tampoco blasfeman demasiado. En la lengua hwarhatb principal no hay obscenidades, absolutamente ninguna. No puedes decirle a nadie que se vaya a la mierda. No puedes describir nada como un montón de mierda. A veces creo que esto explica muchas cosas de los hwarhatb.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Абсолютное оружие
Абсолютное оружие

 Те, кто помнит прежние времена, знают, что самой редкой книжкой в знаменитой «мировской» серии «Зарубежная фантастика» был сборник Роберта Шекли «Паломничество на Землю». За книгой охотились, платили спекулянтам немыслимые деньги, гордились обладанием ею, а неудачники, которых сборник обошел стороной, завидовали счастливцам. Одни считают, что дело в небольшом тираже, другие — что книга была изъята по цензурным причинам, но, думается, правда не в этом. Откройте издание 1966 года наугад на любой странице, и вас затянет водоворот фантазии, где весело, где ни тени скуки, где мудрость не рядится в строгую судейскую мантию, а хитрость, глупость и прочие житейские сорняки всегда остаются с носом. В этом весь Шекли — мудрый, светлый, веселый мастер, который и рассмешит, и подскажет самый простой ответ на любой из самых трудных вопросов, которые задает нам жизнь.

Александр Алексеевич Зиборов , Гарри Гаррисон , Илья Деревянко , Юрий Валерьевич Ершов , Юрий Ершов

Фантастика / Боевик / Детективы / Самиздат, сетевая литература / Социально-психологическая фантастика