Pero ni todo está escrito ni la ciencia ficción se muere. Aunque para el gran público el género se reduzca a autores de otras épocas como Asimov, Clarke o Dick, corre una nueva savia por el árbol de la ciencia ficción. Tanta, que incluso los viejos lectores, ya un tanto encallecidos como yo, logramos encontrar eso tan difícil y exótico como una novela como CÍRCULO DE ESPADAS: amena y que hace pensar. ¡Ahí es nada!
Y debo reconocer que, entre los nuevos autores de la ciencia ficción, parece que siento una seria debilidad por las mujeres que se preocupan de imaginar sociedades distintas a la nuestra, principalmente en lo que hace referencia al rol de los sexos en la organización social.
Desde space operas como la saga de CHANUR de C. J. Cherryh (NOVA ciencia ficción, números 2, 14, 16 y 23), a las ideas avanzadas y rompedoras de autoras como Sheri S. Tepper en obras como LA PUERTA AL PAÍS DE LAS MUJERES (NOVA ciencia ficción, número 69), hay una amplia posibilidad de especular en torno al sexo, al género y a la organización social que de él se deriva. De eso trata, en el fondo, CÍRCULO DE ESPADAS. Y lo hace con gran brillantez. Razón más que suficiente para que un editor, que ante todo cree en sus lectores, se atreva a publicarla, en la seguridad de que esos lectores encontrarán en CÍRCULO DE ESPADAS incluso más que lo que yo mismo he sabido encontrar.