La luz que está junto a la puerta de Gwarha acaba de tornarse ámbar. Está en casa, esperando que yo entre. Lo más probable es que haya cogido una jarra de
¿Por qué los traicioné a él y al Pueblo? Lo único que sé ahora es que fui un estúpido.
¿Y cuál de nosotros se parece más a una rata? ¿Quién ha causado el mayor daño?
No tiene importancia. Creo que las mujeres de Ettin van a sacarme de aquí rápidamente. Si Gwarha y yo hemos de hacer las paces, tendrá que ser ahora. Tal vez la Diosa sea amable con nosotros, y más tarde tengamos tiempo para discutir y recriminarnos cosas: tiempo para un centenar de visiones y revisiones. Pero en este momento quiero paz.
Por alguna razón estoy pensando en los animales de Anna: la medusa gigante, atrapada entre el temor y la lujuria, haciendo señales desesperadas que expresan sus buenas intenciones mientras los zarcillos venenosos flotan a su alrededor.
Cuando concluya esta frase, voy a apagar el ordenador, voy a levantarme y a acercarme a la puerta.
Del diario de Sanders Nicholas, etc.
TERCERA PARTE
EL REGRESO
I
Durante varios días no ocurrió nada, al menos que Anna supiera. Observó las negociaciones de los hombres, que continuaban igual que antes, y pasó el tiempo con sus colegas humanos. Ninguno de los
Mantén la calma, se dijo.
Sus escoltas eran Vaihar, o un joven nuevo, un Chaichik de encantador pelaje gris humo. Hablaba inglés con marcado acento y con la habitual cortesía de los alienígenas. Sus ojos, que rara vez veía porque él los mantenía adecuadamente apartados, eran de color gris claro, casi transparentes.
—¿Qué le ha ocurrido a Matsehar? —preguntó a Vaihar.
—¿No le gusta Chaichik An?
—Parece encantador, pero echo de menos la descripción minuciosa que Matsehar me haría de la última escena de su obra.
Vaihar soltó una breve carcajada.
—Casi había terminado la obra, y al final ha tropezado con dificultades. Pidió que le dieran algún tiempo libre para dedicarse a escribir.
—¿Y eso es correcto? ¿Le permiten no cumplir con su deber por eso?
—Su deber es la obra, Anna. Recuerde que pertenece al Cuerpo de Arte. Su misión aquí sólo es transitoria.
Un par de días más tarde, Vaihar se reunió con ella en la entrada de los aposentos de los humanos.
—Tenemos que hacer un… ¿cuál es la palabra? Un desvío en el camino de regreso a sus aposentos.
—¿Por qué?
—El Primer Defensor ha dicho que quiere verla.
No era necesario preguntar de qué defensor se trataba. Cuando Vaihar hablaba, siempre se refería a Ettin Gwarha.
—¿Por qué? —volvió a preguntar Anna.
—Yo soy un oficial joven y no tengo parentesco con él. El Primer Defensor no me dice lo que piensa.
La condujo hasta el despacho de Ettin Gwarha; parecía igual que cuando ella lo había visto por última vez, salvo que ahora sólo había una silla vacía delante de la mesa. Ettin Gwarha estaba sentado detrás, vestido como un cadete espacial.
—No es necesario que te quedes, Portador. Yo me ocuparé de que la miembro Pérez regrese a sus aposentos.
Vaihar se marchó. La puerta se cerró y Ettin Gwarha señaló la silla vacía con la cabeza.
—Por favor, siéntese.
Anna se acomodó.
Él cruzó las manos y la observó. La habitación estaba brillantemente iluminada y sus pupilas se habían contraído hasta convertirse en estrechas tiras negras rodeadas de azul. Los ojos eran lo que más le molestaba de los
—La he tenido abandonada, miembro. Le ruego que me disculpe. Han sucedido muchas cosas.
Ella aguardó.
—Ha llegado una nave que llevará a mis parientas a casa; Lugala Minti ha decidido ir con ellas. Tsai Ama Ul y su traductora se quedarán aquí; ninguna mujer debería estar sola en el perímetro. —Hizo una breve pausa, sin dejar de observarla—. Nicky se irá con mis tías. Usted y yo nos quedaremos aquí para… ¿cuál es la palabra? Para vigilar. —Separó las manos y cogió algo que parecía un lápiz de metal—. Esta es una situación que me hace sentir muy incómodo. Una mujer no debería estar involucrada en las luchas que se producen en el perímetro.
—Pero yo lo estoy.
—Sí, y por lo tanto tenemos que discutir qué pasos debemos dar. Su papel y el mío. Creo que ya hemos tratado la mayor parte de estos temas en nuestra conversación anterior, la que mantuvimos con mis parientas; pero quiero estar absolutamente seguro de que los dos comprendemos y estamos de acuerdo.