Pero no los busques aquí, si alguna vez una familia ha tenido un motón de traidores a la sangre esos son los Weasleys-.
Pero Harry estaba ahora mirando el nombre a la izquierda de la quemadura de Andromeda: Bellatrix Black, que estaba conectada por una línea doble a Rodolphus Lestrange.
-Lestrange...- dijo Harry en alto. El nombre había revuelto algo en su memoria; él lo conoció en alguna parte, pero para un momento él no podía pensar donde,pensar le dio una sin igual, hormigueante sensación en la boca de su estomago.
-Ellos están en Azkaban-, Sirius dijo brevemente.
Harry lo miraba curiosamente. -Bellatrix y su marido Rodolphus entraron con Barty Crouch junior-, dijo Sirius, en la misma voz 117
brusca. -El hermano de Rodolphuss, Rabastan, estaba también con ellos-.
Entonces Harry recordó. Él había visto Bellatrix Lestrange dentro del Penadero de Dumbledore, el dispositivo extraño en el que podrían guardarse pensamientos y recuerdos; una mujer alta y oscura con mirada dura que había permanecido de pie en su juicio y proclamando la continuidad de su fidelidad a Lord Voldemort, con arrogancia que ella había intentado encontrarlo después de su caída y su convicción que ella sería premiada un día por su lealtad.
-Nunca dijiste que ella era tu..-
-¿Importa si ella es mi prima?- contestó groseramente Sirius. -
Hasta donde me interesa, ellos no son mi familia. Ella no es realmente mi familia. Yo no la he visto desde que tenía tu edad, a no ser que contemos la vez que la vislumbre cuando llegó a Azkaban. ¿Crees que estoy orgulloso de estar emparentado con ella?-
-Lo siento, dijo Harry rápidamente, yo no quería decir...
Simplemente me sorprendió, eso es todo-
-No te disculpes-, masculló Sirius. Llevó sus manos del tapiz a sus bolsillos. -No me gusta volver aquí, dijo, mirando fijamente a través del cuarto de dibujo. Yo nunca pensé estaría de nuevo en esta casa-.
Harry le entendió completamente. Supo cómo se sentía, cuando él penso que viviría en un lugar libre para siempre tuvo que volver y vivir en el número 4 de Privet Drive.
-Es ideal para Cuartel General, por supuesto-, dijo Sirius. -Mi padre puso cada una de las medidas de seguridad conocidas por los magos cuando vivía aquí. No ocupa sitio así que los Muggles nunca podría venir y llamar, incluso aunque quisieran hacerlo... y ahora Dumbledore ha agregado su protección, tendrías complicado encontrar una casa más segura en cualquier parte.
Dumbledore es el Guardián Secreto de la Orden, como sabes, nadie puede encontrar el Cuartel General a menos de que él les diga personalmente donde es. Esa nota que Moody te mostró 118
anoche, era de Dumbledore...- Sirius soltó una pequeña risa que sonó como un ladrido. -Si mis padres pudieran ver el uso que se le está dando ahora a su casa... bueno, el retrato de mi madre debe haberte dado alguna idea-. Frunció el ceño un momento, entonces suspiró.
-No me importaría si yo simplemente pudiera salir de vez en cuando y hacer algo útil. Le he pedido a Dumbledore si pudiera acompañarte a tu audiencia, como Hocicos, obviamente, así podría darte un poco de apoyo moral, ¿qué opinas?-
Harry sentía como si su estómago hubiera hundido a través de la alfombra polvorienta. No había pensado sobre la audiencia desde la cena de la noche anterior; con la excitación de volver con la gente que el mas quería, y oyendo todo lo que estaba sucediendo, el lo había olvidado completamente. Sin embargo, tras las palabras de Sirius, la aplastante sensación de terror volvió a él.
Miró fijamente a Hermione y a los Weasleys, todos comiendo sus bocadillos, y pensó cómo se sentiría si regresaran a Hogwarts sin él.
-No te preocupes-, dijo Sirius. Harry miro arriba y comprendió que Sirius había estado vigilándolo.
-Estoy seguro de que lo aclararán, efectivamente hay algo en el Estatudo de Secretismo Internacional que permite utilizar la mágia para salvar tu propia vida-.
-Pero si ellos me expulsan-, dijo Harry pausadamente, -¿puedo regresar y vivir aquí contigo?- Sirius sonrió tristemente.
-Veremos-.
-Yo me sentiría mucho sobre la audiencia si supiera que yo no tendré que volver con los Dursleys-, le presionó Harry.
-Deben ser realmente malos si tu prefieres este lugar, dijo Sirius con melancolía-.
-Daros prisa, vosotros dos, ¡¡o no os quedará comida!!-, les llamó la Sra. Weasley.
Sirius lanzó otro gran suspiro, lanzó una oscura mirada al tapiz, después el y Harry se unieron a los otros.
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