Hermione sonrió, pero hizo un gesto de ‘shh’ gesticular, a fin de que pudieran oír lo que decía Slughorn. Ron se vio ligeramente malhumorado.
‘Amortentia realmente no crea amor, por supuesto. Es imposible confeccionar o imitar el amor. No, esto simplemente causará una obsesión o poderoso apasionamiento. Es probablemente la poción más peligrosa y energética en este cuarto –oh sí,’ dijo, inclinando la cabeza gravemente en Malfoy y Nott, quienes sonreían burlonamente, con escepticismo. ‘Cuando ustedes hayan visto tanto de la vida, como yo, no menospreciarán el poder de amor obsesivo
...’
‘Y ahora,’ dijo Slughorn, ‘es hora de que empecemos a trabajar.’
‘Señor, no nos ha dicho lo que hay en este,’ dijo Ernie Macmillan, señalando un caldero negro pequeño que estaba sobre el escritorio de Slughorn. La poción en su interior chapoteaba alegremente; era de color oro derretido, y grandes gotas brincaban como peces dorados sobre la superficie, aunque nada se había rebalsado.
‘Oh,’ dijo Slughorn otra vez. Harry tuvo la seguridad de que Slughorn no había olvidado la poción, en lo absoluto, pero había esperado obtener un efecto dramático. ‘Sí. Eso. Pues bien, aquél, señoras y señores, es una poción muy curiosa y pequeña, llamada Felix Felicis. Asumo,’ dijo, sonriendo, mirando a Hermione, quién dejó escapar un pequeño chirrido, ‘que usted sabe qué hace Felix Felicis, señorita Granger?’
‘Es suerte líquida,’ dijo Hermione excitadamente. ‘¡Lo hace afortunado!’
La clase entera pareció acomodarse en sus sillas. Ahora todo lo que Harry podía ver de Malfoy fue la parte de atrás de su cabeza rubia y lisa, porque él le estaba dando a Slughorn su más completa atención.
‘Perfectamente, otros diez puntos para Gryffindor. Sí, es una poción pequeña y curiosa, Felix Felicis,’ dijo Slughorn.
‘Desesperantemente difícil de hacer, y desastrosa si queda mal. Sin embargo, si se confecciona correctamente, como esta lo ha sido, ustedes encontrarán que todos sus esfuerzos tienden a tener éxito ... al menos hasta que los efectos se acaben.’
‘¿Por qué no la bebe la gente todo el tiempo, señor?’ dijo Terry Boot, entusiastamente.
‘Porque si se toma en exceso causa vértigo, imprudencia, y un peligroso exceso de confianza,’ dijo Slughorn. ‘Mucha miel empalaga, ya sabes ... es altamente tóxica en cantidades grandes. Pero tomada con moderación, y muy ocasionalmente ...’
‘¿La ha tomado alguna vez, señor?’ preguntó Michael Corner con gran interés.
‘Dos veces en mi vida,’ dijo Slughorn. ‘Una vez cuando tenía veinticuatro y una cuando tuve cincuenta y siete años de edad. Dos cucharadas tomadas con el desayuno. Dos días perfectos.’
Miró soñadoramente a la distancia. Si hacía teatro o no, pensó Harry, el efecto fue bueno.
‘Y eso,’ dijo Slughorn, aparentemente regresando a la tierra, ‘es lo que les ofreceré como premio en esta clase.’
Hubo un silencio en el cual cada burbuja y gorgoteo de las circundantes pociones pareció magnificado diez veces.
‘Una diminuta botella de Felix Felicis,’ dijo Slughorn, tomando una minúscula botella con un corcho, fuera de su bolsillo y mostrándoselos a todos ellos. ‘Bastante para doce horas de suerte. De Sol a Sol, tendrán suerte en todo lo que intentan.’
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‘Ahora, debo darles aviso que Felix Felicis es una sustancia prohibida en competencias organizadas ... Los eventos deportivos, por ejemplo, los exámenes, o las elecciones. Así es que el exitoso debe usarlo sólo en un día de rutina ...
¡Y verán cómo ese día de rutina se vuelve extraordinario!’
‘¿Entonces,’ dijo Slughorn, repentinamente enérgico, ‘cómo están para ganarse este fabuloso premio? Pues bien, pongan la página diez de Fabricación Avanzada de Pociones. Nos queda un poco más de una hora, suficiente tiempo como para que ustedes hagan un digno intento de preparar el Trago de Muerte en Vida. Sé que es más complicado que cualquier cosa que hayan intentado antes, y no espero una poción perfecta de nadie. La persona que mejor la haga, sin embargo, ganará al pequeño Felix aquí. ¡Adelante!’
Hubo un sonido raspado mientras todo el mundo dirigió sus calderos hacia ellos y algunos golpes apagados mientras comenzaron a poner pesos a sus balanzas, pero nadie habló. La concentración dentro del cuarto era casi tangible.
Harry vio a Malfoy hojeando febrilmente y rápidamente su copia de ‘Fabricación Avanzada de Pociones’. No pudo haber sido más claro que Malfoy realmente quisiese ese día afortunado. Harry se empeñaba en leer el andrajoso libro que Slughorn le había prestado.
Para su molestia vio que el previo dueño había garabateado por todas las páginas, por lo que los márgenes eran tan negros como las porciones impresas. Viéndose complicado para descifrar los ingredientes (aun aquí, el previo dueño había hecho anotaciones y referencias cruzadas), Harry se fue de prisa hacia la alacena, encontrando lo que necesitó.