’Bueno,’ dijo Dumbledore, ignorando los murmullos del Tío Vernon, quien ahora estaba siendo golpeado por la cabeza por el persistente vaso, ‘la tradición de la familia Black manifiesta que la casa debe ser heredada por línea, al próximo hombre con el apellido ‘Black.’ Sirius fue el último de la línea como su joven hermanp, Regulus, lo sucedió y ambos eran pequeños. Mientras su testamento encaja perfecta y claramente con lo que él quiere, resulta que tú debes tener la casa, es, sin embargo, posible de que algún hechizo o encantamiento haya sido instalado en la casa para asegurarse de que no le pertenezca a ningún otro que no sea un sangre-pura.’
Una imagen vivida del retrato viviente y que grita de la madre de Sirius que permanecía colgado en la sala de estar del número doce de Grimmauld Place se incrustó en la mente de Harry. ‘Apuesto a que tiene,’ dijo él.
’Un poco,’ dijo Dumbledore. ‘Y si dicho encantamiento existe, el dueño de la casa posiblemente pase a la vivienda de los parientes de Sirius, que significa su sobrina, Bellatrix Lestrange.’
Sin darse cuenta de lo que estaba haciendo, Harry dio un saltito, el telescopio y las zapatillas que permancecían en su regazo se cayeron al piso. Bellatrix Lestrange, la asesina de Sirius, ¿la heredera de su casa?
’No,’ dijo él.
’Bien, obviamente preferiríamos de que no la tenga,’ dijo Dumbledore con calma. ‘La situación está llena de complicaciones. No sabemos si los encantamientos que nosotros mismos pusimos allí, por ejemplo, haciéndola Inencontrable, llevará a que el propietario haya pasado las manos de Sirius. Podría ser que Bellatrix llegase a la puerta en cualquier momento. Naturalmente tuvimos que mudarnos antes de lo esperado, y hemos clarificado la posición.’
’¿Pero cómo va a saber si estoy autorizado para ser el dueño?’
’Afortunadamente,’ dijo Dumbledore, ‘hay una prueba muy simple.’
Puso su vaso vacío en una pequeña mesa al lado de su silla, pero antes de que pudiese decir algo más, el Tío Vernon exclamó, ‘¿Nos traerás esas cosas rubicundas?’
Harry miró a su alrededor; los tres Dursleys estaban cubriéndose con sus manos sus cabezas, mientras los vacos se balanceaban hacia arriba y hacia abajo en sus cráneos, y sus contenidos volaban hacia cualquier lado.
’Oh, discúlpeme,’ dijo Dumbledore educadamente, y levantó su varita una vez más. Todos los vasos cayeron. ‘Pero sería de buena educación si lo bebieran, ¿saben?.’
Parecía como si el Tío Vernon responiera con un número de desagradables réplicas, pero se volvió a Tía Petunia y Dudley y no dijo nada, manteniendo sus pequeños ojos de cerdo en la varita de Dumbledore.
’Como ves,’ dijo Dumbledore, volviéndose a Harry y hablando nuevamente como si el Tío Vernon no hubiese pronunciado palabra, ‘si has heredado toda la casa, tú también la has heredado-‘
Sacudió su varita por quinta vez. Hubo un fuerte chirrido, y un elfo doméstico apareció, con un hocico en vez de nariz, unas orejas gigantes como de murciélagos, y unos ojos enormes totalmente enrojecidos, agachádo en la alfombra de Easy PDF Copyright © 1998,2005 Visage Software
This document was created with FREE version of Easy PDF.Please visit http://www.visagesoft.com for more details los Dursley y cubierto de harapos mugrientos. Tía Petunia dejó escapar un alarido; nada como este mugriento había entrado a su casa en la historia. Dudley retiró sus largos y desnudos pies rosados del piso y se sentó con ellos levantando su cabeza lo más que pudo, como si pensase que esta criatura arrancaría sus pantalones de pijama, y Tío Vernon bramó, ‘¿Qué demonios es esto?’
’Kreacher,’ terminó Dumbledore.
’¡Kreacher no lo hará, Kreacher no lo hará, Kreacher no lo hará!’ chilló el elfo doméstico, tan alto que Tío Vernon pegó una patada, anudó sus pies y se tapó sus oídos. ‘K pertenece a la Señorita Bellatrix, oh sí, Kreacher a los Blacks, Kreacher quiere a su nueva ama, Kreacher no irá con el traidor de Potter, Kreacher no lo hará, no lo hará, no lo hará-‘
’Como puedes ver, Harry,’ dijo Dumbledore áltamente, sobre los continuos chillidos de Kreacher de ‘no lo haré, no lo haré, no lo haré’, ‘Kreacher muestra cierta resistencia a que seas el dueño.’
’No me importa,’ dijo Harry una vez más, mostrándose disgustado frente al elfo que pataleaba y se retorcía. ‘No lo quiero.’
’No lo haré, no lo haré, no lo haré-‘
’¿Preferirías que se lo de a Bellatrix Lestrange? ¿Teniendo en cuenta que él ha estado viviendo en los cuarteles de la Orden del Fénix el año pasado?’
’No lo haré, no lo haré, no lo haré-‘
Harry miró fíjamente a Dumbledore. Sabía que Kreacher no podía ir y vivir con Bellatrix Lestrange, pero la idea de tenerlo, de tener la responsabilidad de la criatura que había traicionado a Sirius, era repugnante.
’Dale una orden,’ dijo Dumbledore. ‘Si ahora eres su dueño, tendrá que obedecerte. Sino, pensaremos otras cosas para mantenerlo al lado de su amo.’
’¡No lo haré, no lo haré, NO LO HARÉ!-‘
La vos de Kreacher subió tanto que parecía que gritaba. Harry no sabía qué decir, excepto, ‘¡Kreacher, cállate!’