Читаем El cálculo de Dios полностью

—No, no —dije—. Creo que están todos al á abajo. Millones, miles de millones; cualesquiera fuese su población. Creo que escanearon sus cerebros y se descargaron en un mundo informático… y el hardware que genera ese mundo, las máquinas que no querían que nadie tocase, está almacenado bajo esos horrendos paisajes.

—Escaneados… —dijo la boca izquierda de Hollus—. Escaneados… —rumió la derecha—. Pero sólo hemos encontrado tres mundos con paisajes artificiales diseñados para asustar a los curiosos —dijo—. Los otros mundos que hemos visitado, Eta Cassiopeae A III, Sigma Draconis II y Groombridge 1618 III, simplemente habían sido abandonados.

—Puede que en esos mundos el hardware informático se enviase al espacio. O quizás esas especies decidieron que la mejor forma de no ser detectadas era no hacer nada en absoluto. Incluso una señal de aviso atrae a los curiosos; quizá decidieron ocultar su hardware informático sin ninguna indicación de dónde se encontraba.

—Pero ¿por qué iba a hacer tal cosa toda una especie? —preguntó Hollus—. ¿Por qué renunciar a la existencia física?

Para mí la respuesta era obvia. '

—¿Qué edad tienes? —pregunté. '

—¿En años subjetivos de la Tierra? ¿Cuarenta y siete años?

Eso me sorprendió. Por alguna razón, había esperado que Hollus fuese mayor que yo.

—¿Y cuánto tiempo vivirás?

—Quizás otros ochenta años, asumiendo que no sufra ningún accidente.

—¿Así que la esperanza de vida típica de un forhilnor es de unos ciento treinta años?

—Para las hembras, sí. Los machos viven unos diez años más.

—Entonces… oh, Dios… ¿eres hembra?

—Sí.

Estaba anonadado.

—No era consciente. Tu voz… es bastante profunda.

—Las voces forhilnores son así. De machos y hembras.

—Creo que seguiré tratándote como masculino… si no te importa.

—Ya no me ofende —dijo Hollus—. Puedes seguir haciéndolo.

—En cualquier caso —dije—, vivirás un total de unos ciento treinta años. Yo tengo ahora mismo cincuenta y cuatro; si no fuese por el adenocarcinoma, viviría otros veintitantos, e incluso treinta o cuarenta.

Los pedúnculos de Hollus se agitaron.

—Pero eso es todo. Si no tuviese cáncer, gran parte de ese tiempo lo pasaría con la salud deteriorada. —Hice una pausa—. ¿Cómo envejecen los forhilnores?

—Un poeta de mi mundo dijo en una ocasión, «Son lunas que se eclipsan»… una metáfora que viene a significar lo mismo que vuestro «es cuesta abajo»… desde el momento en que naces, también los cuerpos forhilnores se deterioran con el tiempo.

—Bien, si pudieses asumir una existencia virtual… si pudieses vivir en el interior de un ordenador… empezando en plena juventud, podrías vivir por siempre, sin deterioro.

—La inmortalidad siempre ha sido un sueño de mi pueblo —admitió Hollus.

—Del mío también. De hecho, muchos predicadores hacen uso de la promesa de la vida eterna, aunque en otra región, como forma de inducir el buen comportamiento. Pero aunque hemos extendido nuestra esperanza de vida por medio de mejoras sanitarias, estamos bien lejos de ser inmortales.

—Nosotros también —dijo Hollus—. Y también los wreeds. Pero tanto el os como nosotros tenemos esperanzas de hacer que la vida eterna sea posible.

—Nosotros pensamos que habíamos realizado un gran hal azgo hace unos años cuando descubrimos cómo reponer los extremos del ADN —los cromosomas poseen pequeñas zonas protectoras en los extremos, como las puntas recubiertas de plástico de los cordones de los zapatos; cada vez que un cromosoma se divide, las puntas, l amadas telómeros, se acortan. Después de suficientes divisiones, las puntas desaparecen por completo, y el cromosoma no puede dividirse más.

—Nosotros también lo descubrimos —dijo Hollus—, hace casi cien años. Pero aunque reemplazar los telómeros hace que las células individuales se dividan por siempre en el laboratorio, no funciona en un organismo integrado.

»Cuando un organismo alcanza una masa crítica de células, la división o se detiene después de cierto número de repeticiones, como si los telómeros hubiesen desaparecido, o se reproduce incontrolablemente, y se forman tumores —hizo descender los pedúnculos—. Como ya sabes, perdí a mi propia madre debido al cáncer de vostirrarl, un órgano que realiza una función muy similar a la médula de vuestros huesos.

—Leucemia —dije en voz baja—. Llamamos leucemia al cáncer de médula.

Hollus guardó silencio durante un tiempo.

Sí, podía comprender el atractivo de la vida informática.

Ser transferido.

Separarse del mundo físico.

Vivir sin tumores, sin dolor.

Si se me presentase la oportunidad, ¿lo haría?

Sin pensarlo.

—Ciertamente es un buen incentivo para renunciar a la existencia física —dije—. Vivir por siempre con la buena salud de la juventud —miré a Hollus, que se sostenía sólo sobre cinco patas; parecía estar dejando descansar a la sexta—. En cuyo caso, quizá tu pueblo no tenga nada que temer. Presumiblemente, pronto vuestra especie desarrollará la misma capacidad… parece que toda especie lo consigue. Y entonces, si tu pueblo lo decide así, trascenderéis… transcenderéis a una nueva forma de existencia.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Аччелерандо
Аччелерандо

Сингулярность. Эпоха постгуманизма. Искусственный интеллект превысил возможности человеческого разума. Люди фактически обрели бессмертие, но одновременно биотехнологический прогресс поставил их на грань вымирания. Наноботы копируют себя и развиваются по собственной воле, а контакт с внеземной жизнью неизбежен. Само понятие личности теперь получает совершенно новое значение. В таком мире пытаются выжить разные поколения одного семейного клана. Его основатель когда-то натолкнулся на странный сигнал из далекого космоса и тем самым перевернул всю историю Земли. Его потомки пытаются остановить уничтожение человеческой цивилизации. Ведь что-то разрушает планеты Солнечной системы. Сущность, которая находится за пределами нашего разума и не видит смысла в существовании биологической жизни, какую бы форму та ни приняла.

Чарлз Стросс

Научная Фантастика
Дневники Киллербота
Дневники Киллербота

Три премии HugoЧетыре премии LocusДве премии NebulaПремия AlexПремия BooktubeSSFПремия StabbyПремия Hugo за лучшую сериюВ далёком корпоративном будущем каждая космическая экспедиция обязана получить от Компании снаряжение и специальных охранных мыслящих андроидов.После того, как один из них «хакнул» свой модуль управления, он получил свободу и стал называть себя «Киллерботом». Люди его не интересуют и все, что он действительно хочет – это смотреть в одиночестве скачанную медиатеку с 35 000 часов кинофильмов и сериалов.Однако, разные форс-мажорные ситуации, связанные с глупостью людей, коварством корпоратов и хитрыми планами искусственных интеллектов заставляют Киллербота выяснять, что происходит и решать эти опасные проблемы. И еще – Киллербот как-то со всем связан, а память об этом у него стерта. Но истина где-то рядом. Полное издание «Дневников Киллербота» – весь сериал в одном томе!Поздравляем! Вы – Киллербот!Весь цикл «Дневники Киллербота», все шесть романов и повестей, которые сделали Марту Уэллс звездой современной научной фантастики!Неосвоенные колонии на дальних планетах, космические орбитальные станции, власть всемогущих корпораций, происки полицейских, искусственные интеллекты в компьютерных сетях, функциональные андроиды и в центре – простые люди, которым всегда нужна помощь Киллербота.«Я теперь все ее остальные книги буду искать. Прекрасный автор, высшая лига… Рекомендую». – Сергей Лукьяненко«Ироничные наблюдения Киллербота за человеческим поведением столь же забавны, как и всегда. Еще один выигрышный выпуск сериала». – Publishers Weekly«Категорически оправдывает все ожидания. Остроумная, интеллектуальная, очень приятная космоопера». – Aurealis«Милая, веселая, остросюжетная и просто убийственная книга». – Кэмерон Херли«Умная, изобретательная, брутальная при необходимости и никогда не сентиментальная». – Кейт Эллиот

Марта Уэллс , Наталия В. Рокачевская

Фантастика / Космическая фантастика / Научная Фантастика