Una lanzadera espacial alienígena aterriza delante de un museo de la ciencia. Las compuertas de la nave se abren y de ésta desciende un ser con forma de araña gigantesca que, bajo la atónita mirada de los presentes solicita si puede ver a un paleontólogo. Así empieza una insólita investigación alienígena que pretende demostrar la existencia de Dios, pese a los recelos de Tom D. Jericho, un paleontólogo que, como tantos científicos racionalistas, parece no necesitar en absoluto la hipótesis de la existencia de un Dios creador. Pero tom no sólo se enfrentará a un dilema científico sino también a su propia e irremediable finitud, cuando le diagnostiquen un cáncer terminal. ¿Será entonces capaz de poner en cuestión sus teorías racionalistas acerca de la inexistencia del Creador?
Научная Фантастика18+Robert J. Sawyer
Nota del autor
El Real Museo de Ontario existe en realidad y, evidentemente, posee un director real, conservadores reales, guardias de seguridad reales, y demás. Sin embargo, todos los personajes de este libro son por completo producto de mi imaginación: ninguno de el os se parece en nada a ninguna persona que en estos momentos ocupe, o haya ocupado, ningún puesto en el RMO o en cualquier otro museo.
Agradecimientos
Agradecimientos sinceros a mi encantadora esposa, Carolyn Clink; mi editor, David G. Hartwell, y su asistente, James Minz; mi agente, Ralph Vicinanza, y sus asistentes, Christophe Lotts y Vince Gerardis; Stanley Schmidt, Ph.D., director de la revista
RARA VEZ SE ENCUENTRAN ESQUELETOS FÓSILES COMPLETOS. ES PERMISIBLE COMPLETAR LAS PIEZAS QUE FALTEN USANDO LAS MEJORES SUPOSICIONES DEL RESTAURADOR PERO, EXCEPTO PARA SU EXHIBICIÓN PÚBLICA, UNO DEBE DISTINGUIR CON CLARIDAD LAS PARTES QUE SON VERDADEROS RESTOS FOSILIZADOS DE LAS QUE NO SON MÁS QUE CONJETURAS. SÓLO LOS FÓSILES REALES SON UN VERDADERO TESTIMONIO EN PRIMERA PERSONA DEL PASADO," EN CONTRASTE, LAS APORTACIONES DEL RESTAURADOR SON SIMILARES A UNA NARRACIÓN EN TERCERA PERSONA.
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Lo sé, lo sé; parecía una locura que los alienígenas hubiesen venido a Toronto. Vale, la ciudad es popular entre los turistas, pero uno pensaría que un ser de otro mundo iría directamente a las Naciones Unidas… o quizás a Washington. ¿En la película de Robert Wise
Aunque claro, uno pensaría que también es una locura que el mismo director que hizo
Pero estoy divagando. Últimamente lo hago mucho; tendrán que perdonarme. Y no, no me estoy volviendo senil; por el amor de Dios, sólo tengo cincuenta y cuatro años. Pero el dolor en ocasiones me dificulta la concentración.
Hablaba sobre los alienígenas.
Y por qué vinieron a Toronto.
Sucedió así…