Anunciación de los Reyes,bien lunada y mal vestida,abre la puerta al luceroque por la calle venía.El Arcángel San Gabriel,entre azucena y sonrisa,bisnieto de la Giralda,se acercaba de visita.En su chaleco bordadogrillos ocultos palpitan.Las estrellas de la nochese volvieron campanillas.– San Gabriel: Aquí me tienescon tres clavos de alegría.Tu fulgor abre jazminessobre mi cara encendida.– Dios te salve, Anunciación.Morena de maravilla.Tendrás un niño más belloque los tallos de la brisa.– ¡Ay, San Gabriel de mis ojos!¡Gabrielillo de mi vida!Para sentarte yo sueñoun sillón de clavellinas.– Dios te salve, Anunciación,bien lunada y mal vestida.Tu niño tendrá en el pechoun lunar y tres heridas.– ¡Ay, San Gabriel que reluces!¡Gabrielillo de mi vida!En el fondo de mis pechosya nace la leche tibia.– Dios te salve, Anunciación.Madre de cien dinastías.Aridos lucen tus ojos,paisajes de caballista.El niño canta en el senode Anunciación sorprendida.Tres balas de almendra verdetiemblan en su vocecita.Ya San Gabriel en el airepor una escala. subía.Las estrellas de la nochese volvieron siemprevivas.PRENDIMIENTO DE ANTOÑITO EL CAMBORIO EN EL CAMINO A SEVILLA
A Margarita Xirgu
Antonio Torres Heredia,Hijo y nieto de Camborios,con una vara de mimbreva a Sevilla a ver los toros.Moreno de verde luna,anda despacio y garboso.Sus empayonados buclesle brillan entre los ojos.A la mitad del caminocortó limones redondos,y los fue tirando al aguahasta que la puso de oro.Y a la mitad del camino,bajo las ramas de un olmo,guardia civil camineralo llevó codo con codo.El día se va despacio,la jarde colgada a un hombro,dando una larga torerasobre el mar y los arroyos.Las aceitunas aguardanla noche de Capricornio,y una corta brisa, ecuestre,salta los montes de plomo.Antonio Torres Heredia,hijo y nieto de Camborios,viene sin vara de mimbreentre los cinco tricornios.– Antonio, ¿quién eres tú?Si te llamaras Camborio,hubieras hecho una fuentede sangre con cinco chorros.Ni tú eres hijo de nadie,ni legítimo Camborio.¡Se acabaron los gitanosque iban por el monte solos!Están los viejos cuchillostiritando bajo el polvo.A las nueve de la nochelo llevan al calabozo,mientras los guardiasciviles beben limonada todos.Ya las nueve de la nochele cierran el calabozo,mientras el cielo relucecomo la grupa de un potro.MUERTE DE ANTOÑITO EL CAMBORIO
A José Antonio Rubio Sacristán