Por aquí, les dijo él. Le dio a su Thestral una rápida palmadita, de agradecimiento y se dirigió hacía la estropeada caseta 770
telefónica y abrió la puerta. ¡Vamos entren! Apuró a los otros al verlos dudar.
Ron y Ginny entraron obedientemente; después Hermione, Neville y Luna se apretaron contra ellos; Harry echó un último vistazo a los Thestrals, que ahora estaban buscando por algún trozo de comida podrida en el cesto de basura, y luego se forzó dentro de la caseta después de Luna.
Quien este mas cerca del teléfono que marque, seis dos cuatro cuatro dos. Dijo él
Ron lo hizo, su brazo se contorsiono extrañamente para alcanzar el aparato; mientras el disco giró zumbando al ponerlo de nuevo en su lugar la fría voz femenina se escucho dentro de la caseta.
Bienvenidos al Ministerio de Magia. Favor de indicar su nombre y asunto.'
Harry Potter, Ron Weasley, Hermione Granger, ' dijo rápidamente Harry, ' Ginny Weasley, Neville Longbottom, Luna Lovegood. . . ¡Estamos aquí rescatar a alguien, a menos que su ministerio pueda hacerlo primero!'
Gracias dijo la fría voz de mujer, 'Visitantes, favor de tomar las insignias y colocarlas al frente de sus túnicas.'
Media docena de insignias se deslizaron por el canal metálico por el que normalmente salían las monedas devueltas. Hermione las recogió y se las paso en silencio a Harry por encima de la cabeza de Ginny; él echó un vistazo a la que estaba al principio y leyó, Harry Potter, misión de rescate.
Visitantes del Ministerio, se le solicita presentarse para un reconocimiento y entregar sus varitas para ser registradas en el escritorio de seguridad, localizado al final del Atrio.
¡Bien!' dijo Harry en voz alta, al tiempo que su cicatriz le daba otra punzada. ¿Ya podemos seguir?'
El piso de la caseta telefónica se estremeció y el pavimento se levantó por encima de las ventanas de cristal; los Thestrals, que seguían buscando entre la basura, se fueron perdiendo de vista; la oscuridad se cerró sobre sus cabezas y con un monótono 771
rechinido se hundieron en las profundidades del Ministerio de Magia.
El destello de una suave luz dorada golpeó sus pies y, haciéndose más grande, les cubrió todo el cuerpo. Harry dobló las rodillas y mantuvo su varita tan lista como le era posible en tan apretadas condiciones, mientras observaba por las ventanas para ver si había alguien esperándolos en el Atrio, pero este parecía estar totalmente vacío. La luz era más débil que cuando era de día; no había fuego en las chimeneas colocadas a lo largo de las paredes, pero mientras el elevador se iba deteniendo, pudo ver que los signos dorados seguían girando sinuosamente en el techo azul oscuro.
El Ministerio de Magia le desea una agradable tarde, dijo la voz de mujer.
La puerta de la caseta telefónica se abrió de pronto; Harry cayó fuera de ella, seguido de cerca por Neville y Luna. El único sonido que había en el atrio era el constante correr del agua de la fuente dorada, en donde los chorros de agua que salían de las varitas de la bruja y del mago, la punta de la flecha del centauro, el sombrero del duende y las orejas del elfo-doméstico continuaban cayendo en el agua que los rodeaba.
Vamos, dijo Harry en voz baja y los seis corrieron por el salón, con Harry al frente, pasaron más allá de la fuente hacia el escritorio donde se sentaba el guardia-mago que había registrado la varita de Harry, y que ahora estaba desierto.
Harry estaba seguro que debería de haber alguien de seguridad allí, y seguro que su ausencia era una señal siniestra, y su sensación de presagio aumentaba mientras pasaban a través de las puertas doradas hacia los elevadores. Él presionó el botón de
“abajo” más cercano y casi inmediatamente un elevador estuvo a la vista, las rejillas doradas se abrieron con un gran y resonante clank, y ellos entraron rápidamente. Harry aplasto el botón con el número nueve; las rejillas se cerraron escandalosamente y el elevador comenzó a descender, golpeando y rechinando. Harry no había notado que tan ruidosos eran los elevadores el día que 772
había venido con el Sr. Weasley; él estaba seguro que el estrépito atraería a todas las personas de seguridad en el edificio, con todo, cuando el elevador paro, la fría voz femenina dijo, Departamento de Misterios, y las rejillas se abrieron. Salieron hacia el corredor donde nada se movía a excepción de las antorchas cercanas que oscilaban a causa del aire proveniente del elevador.
Harry se dirigió hacia la puerta totalmente negra. Después de meses y meses de soñar con ella, por fin estaba aquí.
Vamos, ' susurró, y los condujo por todo el corredor, Luna iba justo detrás de él, mirando alrededor con la boca ligeramente abierta.