La puerta de Hagrid había abierto de golpe y por la luz que salía de la cabaña vieron una figura grande blandiendo sus puños, rodeado por seis personas, quienes a juzgar por los hilos diminutos de luz roja que lanzaban en su dirección, parecia que intentaban atontarlo.
-¡No! –gritó Hermione.
-¡Querida! -dijo el Professor Tofty con voz escandalizada. ¡Ésto es un examen!
Pero nadie prestaba la más mínima atencion a sus cartas astrales.
Los chorros de luz roja todavía volaban de acá a allá al lado de la cabaña de Hagrid, pero en cierta forma parecieron rebotar contra 728
él; Él estaba todavía derecho y quieto, por lo que Harry podía ver la lucha. Gritos y más gritos se hicieron eco a través de las tierras;
¡Un hombre gritó, '-¡Se razonable, Hagrid!
¡Hagrid rugió: ¡Reasonable ser condenado, yeh… ganado…
toma esto, Dawlish!
Harry podría ver el contorno diminuto de Fang, pude tratar de defender a Hagrid, saltando entre los magos que lo rodaban hasta que un encantamiento aturdidor le dio y cayó al suelo. Hagrid dio un aullido de furia, levantó al culpable del suelo y lo arrojó lejos; El hombre voló unos tres metros y no se levantó otra vez.
Hermione se quedó sin aliento, con ambas manos sobre su boca; Harry miro alrededor a Ron y vio que él también estaba asustado.
Ninguno de ellos alguna vez había visto el carácter verdadero de Hagrid antes.
-¡Mira! - chilló Parvati, que se inclinaba sobre el parapeto indicando el pie del castillo donde las puertas se habían abierto otra vez; y a la luz vieron que salía en tropel sobre el césped oscuro una sombra sola larga y negra que ahora se ondulaba a través del césped.
-¡Ahora realmente! -Dijo el Profesor Tofty con inquietud-. ¡Sólo quedan dieciséis minutos.
Pero nadie le prestaba atención: ellos miraban a la persona se dirigía hacia la batalla al lado de la cabina de Hagrid.
-¡¿Cómo se atreven –la alta figura gritaba mientras corría-
¿¡Cómo se atreven!?
-¡Esa es McGonagall! -susurróHermione.
-¡Déjenlo tranquilo! ¡déjenlo he dicho! –se oyó la voz de la Professora McGonagall a través de la oscuridad.- ¿Porqué atacan?
Él no ha hecho nada, que merezca eso.
Hermione, Parvati y Lavender gritaban. Las figuras alrededor de la cabaña dispararon sus hechizos hacia la Profesora McGonagall.
A mitad de camino entre la cabaña y el castillo los rayos rojos chocaron con ella; por un momento ella miró, brillando en una misteriosa luz roja, entonces fue levantanda por el aire, cayó con fuerza sobre su espalda y no se movió más.
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-¡Gárgolas galpantes! –gritó el Professor Tofty quien también parecía haber olvidado el examen completamente. ¡Sin ninguna advertencia previa…! Que comportamiento vergonzoso…!
-¡COBARDES! –bramó Hagrid; Su voz llegaba ahora claramente a la parte superior de la torre, y varias luces parpadearon dentro del castillo.
-¡COBARDES… RASTREROS! TOMAD ESTO… Y ESTO
OTRO…
-Dios mio… -jadeó Hermione.
Hagrid asestó dos golpes a sus asaltantes más cercanos; A juzgar por su derrumbamiento inmediato, habían quedado sin sentido.
Harry vio a Hagrid doblarse y pensó que finalmente había sido vencido por un hechizo. Pero, muy al contrario, al instante siguiente Hagrid estaba en pie otra vez con lo que parecia ser un saco a su espalda - entonces Harry comprendió que era el cuerpo inerte de Fang que había cargado sobre sus hombros.
-¡Atrapalo, atrápalo! –gritó Umbridge, pero su ayudante restante pareció poco dispuesto a acercarse a los puños de Hagrid; Ciertamente, se echaba hacia atrás tan rápido que tropezó inesperadamente con uno de sus compañeros inconscientes y cayó. Hagrid cambió de dirección y había comenzado a correr con Fang todavía colgado alrededor de su cuello. Umbridge lanzó un último hechizo aturdidor pero falló; Y Hagrid corrió y se perdió en la oscuridad.
Durante un minuto hubo un largo silencio en el que todos miraban las tierras y entonces la voz de Professor Tofty dijo débilmente, -¡Uhm... Quedan solo cinco minutos!.
Aunque sólo había rellenado dos terceras partes de su Carta Astral, Harry estaba desesperado porque acabase el examen.
Cuando acabó por fin, él, Ron y Hermione dejaron sus telescopios y regresaron corriendo abajo por la escalera de caracol. Ninguno de los estudiantes se acostaba; todos hablaban ruidosa y excitadamente al pie de las escaleras acerca de lo que habían presenciado.
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-Esa mala mujer ! –jadeó Hermione sin aliento, quien parecia tener dificultad para hablar debido a la furia. ¡Tratando de asaltar a Hagrid en plena noche!
-Querría claramente evitar otra escena como con Trelawneys, -
dijo Ernie Macmillan, acercándose.
-¡Hagrid estuvo bien! ¿verdad? -Dijo Ron más asustado que impresionado-. ¿Por qué todos los hechizos le rebotaron?