Todos se quedaron de pie mirándose unos a otros. Harry no pod´ıa entenderlo del todo.
Ojoloco muerto, no pod´ıa ser... Ojoloco, tan duro, tan valiente, el consumado supervi-viente...
Al final pareció calar en todo el mundo, aunque nadie dijo nada, que no hab´ıa razón para esperar ya en el patio, y en silencio siguieron al Se˜nor y la Se˜nora Weasley de vuelta a la Madriguera, y al salón, donde Fred y George estaban riendo juntos.
“¿Qué pasa?” dijo Fred, estudiando sus caras mientras entraban. “¿Qué ha pasado?
¿Quién...?”
“Ojoloco” dijo el Se˜nor Weasley. “Muerto.”
Las sonrisas de los gemelos se convirtieron en muecas de sorpresa. Nadie parec´ıa saber qué hacer. Tonks estaba llorando silenciosamente en un pa˜nuelo. Hab´ıa estado muy unida a Ojoloco, Harry sab´ıa que era su favorita, su protegida en el Ministerio de Magia. Hagrid, CAPÍTULO 5. GUERRERO CAIDO
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que se hab´ıa sentado en el suelo en la esquina donde ten´ıa más espacio, estaba dándose ligeros toques en los ojos con un pa˜nuelo del tama˜no de un mantel.
Bill se acercó al aparador y sacó una botella de whisky de fuego y algunos vasos.
“Aqu´ı,” dijo, y con un ondeo de su varita, envió los doce vasos a volar por la habitación hacia cada uno de ellos, sujetando el número trece en alto. ’Por Ojoloco.’
“Por Ojoloco” dijeron todos, y bebieron.
“Por Ojoloco” repitió Harry, un poco tarde, con un hipo. El whisky de fuego quemó la garganta de Harry. Pareció arder devolviéndole los sentimientos, disipando el entumecimiento y la sensación de irrealidad llenándole de algo parecido al coraje.
“¿As´ı que Mundungos desapareció?” dijo Lupin, que hab´ıa vaciado su propio vaso de un trago. La atmósfera cambió al momento. Todo el mundo parec´ıa tenso, observando a Lupin, a la vez que deseando que siguiera, le pareció a Harry, y temiendo ligeramente lo que pod´ıan oir.
“Sé lo que estás pensando” dijo Bill, “y yo me lo pregunté también, de camino aqu´ı, que parec´ıan estar esperándonos, ¿verdad? Pero Mundungus no puede habernos traicionado.
No sab´ıan que habr´ıa siete Harry, eso les confundió en el momento en que aparecimos, y por si lo has olvidado, fue Mundungus quien sugirió esa peque˜na treta. ¿Por qué no iba a contarle la clave del plan? Creo que Dung cedió al pánico, es tan simple como eso. No quer´ıa venir en primer lugar, pero Ojoloco le obligó, y Quien-tú-yasabes fue directamente a por ellos. Eso es suficiente como para que cualquiera entre en pánico.”
“Quien-tu-ya-sabes actuó exactamente como Ojoloco esperaba de él” resopló Tonks.
“Ojoloco dijo que él esperar´ıa que el auténtico Harry estuviera con el más duro y hábil de los Aurores. Perseguir´ıa a Ojoloco primero, y cuando Mundungus les decepcionara ir´ıa a por Kingsley...”
“Si, y todo eso está muy bien,” exclamó Fleur, “pero todav´ıa no explica como sab´ıan que tgasladabamos a Haggy esta noche, ¿verdad? Alguien debe habegles alegtado. A alguien se le escapó la fecha ante un desconocido. Esa es la única explicación para que supiegan la fecha pero no todo el plan.”
Miró a todos alrededor, con rastros de lágrimas todav´ıa grabados en su hermosa cara, desafiando silenciosamente a cualquiera de ellos a contradecirla. Nadie lo hizo. El único sonido que romp´ıa el silencio era los hipidos de Hagrid desde detras de su mantel. Harry miró a Hagrid, que acababa de arriesgar su propia vida por salvar la de Harry... Hagrid, a quien amaba, en quien confiaba, quien una vez hab´ıa sido enga˜nado y hab´ıa dado a Voldemort información crucial a cambio de un huevo de dragón...
“No” dijo Harry en voz alta, y todos le miraron sorprendidos. El whisky de fuego parec´ıa haber amplificado su voz. “Quiero decir... si alguien cometió un error” siguió Harry,
“y se le escapó algo, sé que no ten´ıa intención de que as´ı fuera. No es culpa de nadie,”
repitió de nuevo un poco más alto de lo que usualmente hubiera hablando. “Tenemos que confiar los unos en los otros. Yo conf´ıo en todos vosotros, no creo que nadie en esta habitación me vendiera nunca a Voldemort.”
Más silencio siguió a sus palabras. Todos le miraban. Harry se sent´ıa un poco acalorado otra vez, y bebió más whisky por hacer algo. Mientras beb´ıa, pensaba en Ojoloco. Ojoloco siempre se estaba quejando de la tendencia de Dumbledore a confiar en la gente.
“Bien dicho, Harry,” dijo Fred inesperadamente.
“Si, o´ıdo, o´ıdo,” dijo George con una mirada de reojo a Fred cuya comisura de la boca CAPÍTULO 5. GUERRERO CAIDO
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estaba retorcida.
Lupin mostraba una expresión rara cuando miró a Harry. Era casi de lástima.
“¿Crees que soy un tonto?” exigió Harry.
“No, creo que eres como James” dijo Lupin, “que habr´ıa considerado una absoluta deshonra recelar de sus amigos.”
Harry sab´ıa adonde quer´ıa llegar Lupin: a que su padre hab´ıa sido traicionado por su amigo Peter Pettigrew. Se sintió irracionalmente furioso. Quer´ıa discutir, pero Lupin ya se hab´ıa alejado de él, dejado su vaso en una mesita, y se dirig´ıa a Bill. “Hay trabajo que hacer. Puedo ped´ırselo a Kingsley si...”