Читаем i 1c450796c56cc0b8 полностью

'Para el Primer Ministro de los Muggles. Visita Urgente. Amablemente respondió inmediatamente. Atentamente, Fudge.' El hombre en la pintura miró inquietamente al Primer Ministro.

'Este,' dijo el Primer Ministro, 'escucha ... no es un buen momento para mí ... estoy esperando una llamada telefónica, ya ves ... del presidente de ...'

'Eso puede cambiarse,' dijo el portarretratos al unísono. El corazón de Primer Ministro se sobresaltó. Había tenido miedo al respecto.

'Pero preferiría hablar-'

'Podríamos arreglar para que el presidente se olvide de llamar. Llamará mañana en la noche,' dijo el pequeño hombre.

'Amablemente respóndale inmediatamente al Señor Fudge.'

'Yo ... oh ... muy bien,' dijo el Primer Ministro débilmente. 'Sí, veré a Fudge.'

Easy PDF Copyright © 1998,2005 Visage Software

This document was created with FREE version of Easy PDF.Please visit http://www.visagesoft.com for more details Se volvió a su escritorio, acomodándose su corbata mientras se iba. Apenas había dejado su asiento, y cambiado su cara en lo que esperó sea una expresión relajada y sin muestra de nada, cuando unas llamas verdes brillosas rompieron en el lugar, en la vacía reja que estaba debajo de la chimenea de mármol. Miró, tratando de no demostrar un parpadeo de sorpresa o alarma, cuando un hombre de porte se apareció de entre las llamas, dando vueltas tan rápido como un topo. Segundo después, se había incorporado a una muy antigua y agradable alfombra, sacándose las cenizas de las mangas de su larga capa a rayas, y de su sombrero en forma de palangana de color verde-lima que llevaba en una de sus manos.

'Ah ... Primer Ministro, ' dijo Cornelius Fudge, estrechándole su mano. 'Encantado de volverlo a ver.'

El Primer Ministro no pudo devolver honestamente este gesto, por lo que no dijo nada. No estaba para nada encantado de ver a Fudge, el cual se había aparecido en ocasiones, aparte de ser de evidentes alarmas, generalmente significaban que iba a escuchar muy malas noticias. Sin embargo, Fudge se veía agobiado. Estaba más delgado, canoso y grisáceo, y su cara tenía una mirada un tanto arrugada. El Primer Ministro ya había visto ese tipo de miradas en los políticos con anterioridad, y nunca lo notaba amigable.

'¿En qué te puedo ayudar?' dijo, estrechando la mano de Fudge por un corto instante y gesticulando hacia una de las sillas más masizas que estaba frente al escritorio.

'Difícil de saber por dónde comenzar,' murmuró Fudge, parando la silla, sentándose y poniendo su verde sombrero en sus rodillas. 'Qué semana ... qué semana ...'

'¿También tuviste una mala semana?' preguntó el Primer Ministro forzadamente, tratando de transmitir así que ya tenía bastante en su plato sin ninguna ayuda de Fudge.

'Sí, por supuesto,' dijo Fudge, entornando sus ojos y mirando malhumoradamente al Primer Ministro. 'He tenido la misma semana que tuvo usted, Primer Ministro. El Puente Brockdale ... los Bones y los asesinos Vance ... sin mencionar lo del West Country ...'

'Tu - este - tu - me refiero a, algunas de tu personas en el Oeste - estuvieron involucradas en esas - esas cosas,

¿no?'

Fudge reparó en el Primer Ministro con una mirada un tanto severa.

'Por supuesto que estuvieron involucradas,' dijo. '¿Seguramente se dio cuenta lo que está ocurriendo?'

'Yo ...' vaciló el Primer Ministro.

Era precisamente este tipo de comportamiento el que hacía que le gustaran tan poco las visitas de Fudge. Era, después de todo, el Primer Ministro, y no apreciaba ser tratado como un ignorante joven colegial. Pero, desde ya, había sido así desde su primer encuentro con Fudge en su primera tarde como Primer Ministro. Lo recordaba como si hubiese ocurrido ayer y sabía que llevaría ese fantasma hasta el día de su muerte.

Había estado solo en su oficina, savoreando su triunfo luego de tantos años de sueños e imaginaciones, hasta que escuchó una tos detrás de él, igual que esta noche, y darse vuelta para descubrir que el pequeño y feo portarretratos que le hablaba, anunciando que el Ministro de Magia estaba por llegar e introducirlo.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Вперед в прошлое 2 (СИ)
Вперед в прошлое 2 (СИ)

  Мир накрылся ядерным взрывом, и я вместе с ним. По идее я должен был погибнуть, но вдруг очнулся… Где? Темно перед глазами! Не видно ничего. Оп – видно! Я в собственном теле. Мне снова четырнадцать, на дворе начало девяностых. В холодильнике – маргарин «рама» и суп из сизых макарон, в телевизоре – «Санта-Барбара», сестра собирается ступить на скользкую дорожку, мать выгнали с работы за свой счет, а отец, который теперь младше меня-настоящего на восемь лет, завел другую семью. Казалось бы, тебе известны ключевые повороты истории – действуй! Развивайся! Ага, как бы не так! Попробуй что-то сделать, когда даже паспорта нет и никто не воспринимает тебя всерьез! А еще выяснилось, что в меняющейся реальности образуются пустоты, которые заполняются совсем не так, как мне хочется.

Денис Ратманов

Фантастика / Фантастика для детей / Самиздат, сетевая литература / Альтернативная история / Попаданцы