Читаем i f495d2cc80b26422 полностью

“¿Sorpresas Desfallecientes?” Sugirió Harry.

Uno por uno, como si hubieran recibido un golpe en la cabeza, los de primero caían incoscientes en sus asientos, algunos se deslizándose al suelo, otros permaneciendo aferrados a sus sillones, con la lengua afuera. La mayoría de los que observaban reían a carcajadas, Hermione sin embargo, incorporándose, marchó directamente donde Fred y George se encontraban ahora, anotadores en mano observando cuidadosamente a los primerizos.

Ron se irguió de su asiento, dudó un instante y agregó “Ella tiene todo bajo control” antes de hundirse en la silla tanto como le fue posible.

“¡Es suficiente!” Exclamó Hermione a Fred y George, que levantaron la vista, sorprendidos.

265

“Sí, es cierto,” asintió George, “la dosis parece suficientemente fuerte, ¿no?”

“¡Les he dicho esta mañana que no pueden probar su basura en los estudiantes!”

“¡Les pagamos!” retrucó indignado Fred.

“¡No me importa, puede ser peligroso!”

“Tonterías,” dijo Fred.

“¡Cálmate, Hermione, están bien! Dijo Lee en tono tranquilizador, insertando pastillas rojas en las bocas abiertas de los desmayados estudiantes de primer año.

“Si, mira como se recuperan,” dijo George.

Algunos alumnos de primero ya se movían. Unos parecían tan sorprendidos de encontrarse en el suelo, o colgando de sus sillas, que Harry tuvo la certeza de que Fred y George no les habían advertido acerca de los efectos de los dulces.

“¿Te sientes bien?” preguntó amablemente George a una muchacha de cabellos oscuros que yacía a sus pies.

“Eso creo,” dijo ella temblorosamente.

“Excelente,” concluyó Fred alegremente, pero al momento siguiente Hermione les había arrebatado los anotadores y la bolsa de papel de las manos.

“¡NO ES EXCELENTE!”

“Por supuesto que lo es, están vivos ¿o no?” dijo Fred enojado.

“No pueden hacer esto, ¿Qué tal si alguno enferma gravemente?”

“No vamos a hacer que se enfermen, ya probamos los dulces nosotros mismos, sólo comprobábamos si todos reaccionan de la misma manera…”

“Si no se detienen, voy a…”

“¿Ponernos en penitencia?” dijo Fred en tono de ‘quiero-ver-que-lo-intentes’

“¿Hacernos copiar renglones?” dijo George con una sonrisa burlona.

Los ocasionales espectdores reían por todo la sala. Hermione se irguió en toda la extensión de su estatura y entornó los ojos, mientras el cabello se le encrispaba.

266

“No,” dijo temblándole de furia la voz, “pero voy a escribirle a su madre.”

“No serías capaz,” dijo horrorizado George, retrocediendo.

“Oh sí,” dijo Hermione torvamente. “No puedo impedir que ustedes consuman los estúpidos dulces, pero no se los darán a los de primero.”

Fred y George se miraron atónitos. Estaba claro hasta donde llegaban a comprender, que la amenaza que representaba Hermione había sido claramente subestimada. Con una última mirada de advertencia, arrojó los anotadores y la bolsa de nuevo en su brazos y regresó dando zancadas a su silla.

Ron estaba tan hundido en su sillón que su nariz llegaba ahora a nivel de sus rodillas.

“Gracias por tu apoyo, Ron” le espetó Hermione con acidez.

“Has hecho un excelente trabajo por tí misma” murmuró Ron.

Hermione miró a su pergamino en blanco unos segundos y luego dijo enojada, “Oh no está bien, no puedo concentrarme ahora.

Voy a la cama.”

Ella abrió con violencia su mochila y Harry pensó que iba a guardar los libros, pero en cambio extrajo dos objetos lanudos, cuya forma no pudo reconocer y procedió a depositarlos con cuidado en la mesa más cercana a la chimenea, los cubrió con trozos de pergamino descartados y una pluma rota y retrocedió para observar el aspecto que presentaba el conjunto.

“En el nombre de Merlín, ¿Qué estás haciendo?” dijo Ron, denotando preocupación por su salud mental.

“Es para los elfos domésticos,” respondió con tosquedad, ahora guardando sus libros en el bolso. “Los hice durante el verano.

Soy lenta tejiendo sin utilizar magia, pero ahora que estoy de vuelta en la escuela debería ser capaz de hacer montones más.”

“¿Estás dejando sombreros para los elfos domésticos?” dijo Ron lentamente. “¿Y los cubres con desperdicios antes?”

“Sí,” dijo ella desafiante, sacudiendo la mochila.

“No es correcto,” agregó Ron. “Estás tratando de engañarlos para que los recojan. “Quieres liberar a quienes no desean ser libres.”

267

“¡Por supuesto que quieren ser libres! exclamó instantáneamente Hermione, aunque su cara comenzó a ruborizarse. “¡No te atrevas a tocar esos sombreros, Ron!

Y dando la vuelta, abandonó la sala. Ron esperó hasta que hubiera desaparecido tras la puerta del dormitorio de las niñas y quitó los desperdicios que cubrían los sombreros.

Перейти на страницу:

Похожие книги

Вперед в прошлое 2 (СИ)
Вперед в прошлое 2 (СИ)

  Мир накрылся ядерным взрывом, и я вместе с ним. По идее я должен был погибнуть, но вдруг очнулся… Где? Темно перед глазами! Не видно ничего. Оп – видно! Я в собственном теле. Мне снова четырнадцать, на дворе начало девяностых. В холодильнике – маргарин «рама» и суп из сизых макарон, в телевизоре – «Санта-Барбара», сестра собирается ступить на скользкую дорожку, мать выгнали с работы за свой счет, а отец, который теперь младше меня-настоящего на восемь лет, завел другую семью. Казалось бы, тебе известны ключевые повороты истории – действуй! Развивайся! Ага, как бы не так! Попробуй что-то сделать, когда даже паспорта нет и никто не воспринимает тебя всерьез! А еще выяснилось, что в меняющейся реальности образуются пустоты, которые заполняются совсем не так, как мне хочется.

Денис Ратманов

Фантастика / Фантастика для детей / Самиздат, сетевая литература / Альтернативная история / Попаданцы