Snape no dijo nada. Escapó su vista de la mirada llorosa de Narcissa como su fueron indecentes, pero no pudo evitar tener que oírla.
’¿Es por eso que escogió a Draco, no?’ peristió ella. ‘¿Para castigar a Lucius?’
’Si Draco tiene éxito,’ dijo Snape, todavía sin mirarla, ‘será homenajeado por encima de todos los otros.’
’¡Pero no tendrá éxito!’ sollozó Narcissa. ‘¿Cómo podrá tenerlo, cuando el mismo Señor Oscuro-?’
Bellatrix ahogó un grito; Narcissa pareció haberse descontrolado.
’Solo me refiero ... a que nadie ha tenido éxito aún ... Severus ... por favor ... tú eres, tú has sido siempre, el maestro favoritode Draco ... eres el viejo amigos de Lucius ... te lo suplico ... eres el consejero favorito en el que más confía el Señor oscuro ... ¿Hablarás con él, lo convencerás -?’
’El Señor Oscuro no será persuadido, y no soy tan estúpido como para intentarlo,’ dijo Snape desinflándose. ‘No puedo pretender que el Señor Oscuro no esté enojado con Lucius. Lucius estaba a cargo. Lo capturaron, con muchos otros, y fallaron al intentar recuperar la profecía. Sí, el Señor Oscuro está enojado, Narcissa, muy enojado, en efecto.’
’¡Tengo razón, ha escogido a Draco para vengarse!’ se atragantó Narcissa. ‘Eso no significa que tendrá éxito, ¡quiere Easy PDF Copyright © 1998,2005 Visage Software
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Como Snape no dijo nada, Narcissa pareció perder su auto-moderación que poseía. Poniéndose de pié, se tambaleó hacia Snape y se colgó de su ropa. Se puso cara a cara con él, con lágrimas calléndole por sobre sus mejillas, y ahogó un grito, ‘Puedes hacer. Puedes hacerlo en lugar de Draco, Severus. Vas a tener éxito, por supuesto que lo tendrás, y él te recompensará en frente de todos nosotros-‘
Snape la tomó de las muñecas y sacó sus manos. Mirando hacia abajo, a la cara manchada de lágrimas, dijo lentamente, ‘Él pretende que lo haga al final, supongo. Pero determinó que Draco lo haga primero. Ya ves, en el raro casi de que Draco tenga éxito, podré permanecer en Hogwarts un poco más, cumpliendo mi útil papel de espía.’
’En otras palabras, ¡eso no significa que Draco sea asesinado!’
’El Señor oscuro está muy enojado,’ repitió Snape tranquilamente. ‘No pudo escuchar la profecía. Tú sabes, Narcissa, tan bien como yo, que él no perdona tan fácilmente.’
Ella se desplomó a sus pies, sollozando y gimiendo en el piso.
’Mi único hijo ... mi único hijo ...’
’¡Deberías estar orgullosa!’ dijo Bellatrix despiadadamente. ‘Si tuviera hijos, ¡estaría orgullosa de prestárselos para el servicio del Señor Oscuro!’
Narcissa dio un pequeó gritito de desesperación y tomó su larga cabellera rubia. Snape se detuvo, la tomó de los brazos, la levantó, y la condujo hasta el sofá. Luego le servió más vino y puso el vaso en su mano.
’Narcissa, es suficiente. Bebe esto. Escúchame.’
Narcissa se quedó quieta por un momento; volcándose vino, tomó un tembloroso sorbo.
’Podría ser posible ... de que ayude a Draco.’
Ella se paró, con su cara de color blanco como el papel, y sus ojos enormes.
’Severus – oh, Severus - ¿lo ayudarías? ¿lo protegerías de que nadie lo lastima?’
’Podría intentarlo.’
Narcissa arrojó su vaso; éste se deslizó por la mesa mientras ella y se paró del sofá de rodillas a los pies de Snapem tomó sus manos, y las besó.
’Si estás allí para protegerlo ... ¿Severus, me lo juras? ¿Harás la Promesa Inquebrable?’
’¿La Promesa Inquebrable?’
La expresión de Snape se tornó pálida, sin nada. Bellatrix, sin embargo, dejó crepitar una risa burlona.
’¿Estás escuchando, Narcissa? Oh, lo intentará, estoy segura ... Las palabras vacías usuales, las usuales deslices en acción ... oh, por las órdenes del Señor Oscuro, ¡por supuesto!’
Snape no miró a Bellatrix. Sus ojos negros estaban clavados en las lágrimas de los azules ojos de la mujer que le agarraba sus manos.
’Ciertamente, Narcissa, debo hacer la Promesa Inquebrable,’ dijo Snape tranquilamente. ‘Quizás tu hermana consienta en ser nuestra aliada.’
La boca de Bellatrix se abrió. Snape se bajó por lo que quedó de rodillas frente a Narcissa. Bajo la mirada asombrada de Bellatriz, se tomaron de ambas manos.
’Necesitarás tu varita, Bellatrix,’ dijo Snape fríamente.
Se la mostró, mirando todavía sorprendida.
’Y tú necesitarás moverte más cerca,’ dijo él.
Ella se paró adelante por lo que estuvo por encima de ellos, y puso la punta de su varita en la unión de sus dos manos.
Narcissa hablo.
¿Severus, vas a vigilar a mi hijo, Draco, mientras está cumpliendo los deseos del Señor Oscuro?’
’Lo haré,’ dijo Snape.
Una fina lengua de una llama brillante salió de la varita y ató alrededor de sus manos una especie de cuerda roja caliente.
’¿Y vas a protegerlo del dolor, con tu mejor habilidad?’
’Lo haré,’ dijo Snape.
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