La nieve formaba remolinos nuevamente en contra las frías ventanas; la Navidad se acercaba rápido. Hagrid ya había llevado con un brazo los usuales doce árboles de Navidad para el Gran Salón; Las guirnaldas de acebo y cintilla de color brillante se retorcían alrededor de los pasamanos de las escaleras; velas eternas resplandecían desde el interior de los cascos de armaduras y grandes racimos de muérdago colgaban a intervalos a lo largo de los corredores.
Grandes grupos de chicas se ponían debajo de los racimos de muérdago cada vez que Harry pasaba, lo cual causó obstrucciones en los corredores; Afortunadamente, sin embargo, las frecuentes andanzas nocturnas de Harry le habían dado un conocimiento extraordinariamente bueno de los pasillos secretos del castillo, por lo que sin demasiada dificultad, pasaba por rutas libres de muérdago entre clase y clase.
Ron, quien alguna vez podría haber tenido la necesidad de usar estos desvíos por celos en vez de hilaridad, simplemente rugió de risa acerca de todo ello. Aunque Harry prefirió mucho más esta nueva risa, bromeando con Ron acerca de su agresiva personalidad en las últimas semanas, el Ron mejorado llegó a un alto precio. En primer lugar, Harry tuvo que aguantar la presencia frecuente de Lavender Brown, quien parecía recordarle en todo momento que no había besado a Ron por pasar el rato; y en segundo lugar, Harry se encontró otra vez como el mejor amigo de dos personas que parecía que no volverían a hablarse alguna vez.
Ron, cuyas manos y los antebrazos todavía llevaban arañazos y cortes desde el ataque del pájaro de Hermione, tomaban un tono defensivo y resentido.
‘Ella no puede quejarse,’ le dijo a Harry. ‘Ella se besuqueó con Krum. Así es que se ha enterado que alguien quiere besarse conmigo. Pues bien, es un país libre. No he hecho nada malo.’
Harry no contestó, pero fingió estar absorto en el libro al que ellos debían haber leído antes de Encantamientos a la mañana siguiente (‘La Quintaesencia: Una Aventura’). Decidido a ser amigo tanto de Ron como de Hermione, pasaba mucho tiempo con su boca bien cerrada.
‘Nunca prometí nada a Hermione,’ dijo Ron entre dientes. ‘Digo, está bien, iba a ir para la fiesta de Navidad de Slughorn con ella, pero ella nunca dijo ... sólo como amigos ... soy un persona libre ...’
Harry dio vuelta una página de ‘La Quintaesencia’, consciente de que Ron lo observaba. La voz de Ron iba bajando en volumen, siendo apenas audible sobre el fuerte chisporroteo del fuego, aunque Harry alcanzó a escuchar ‘Krum’ y
‘no puede quejarse’, otra vez.
El horario de Hermione estaba tan lleno que Harry sólo podría hablar bien con ella en las tardes, cuando Ron estaba, en todo caso, tan apretadamente enrollado alrededor de Lavender que él ni siquiera notó lo que Harry estaba haciendo. Hermione rehusó sentarse en la sala común mientras Ron estuviera allí, así que Harry generalmente se juntaba con ella en la biblioteca, lo que implicaba que sus conversaciones fueran entre susurros.
‘Él tiene toda la libertad para besar a quienquiera que a él le guste,’ dijo Hermione, mientras la bibliotecaria, la señora Pince, rondaba los estantes detrás de ellos. ‘No me podría importar menos.’
Levantó su pluma y remarcó tanto el ‘no’ que dejó un orificio en su pergamino. Harry no dijo nada. Pensó que su voz pronto podría desaparecer de la falta de uso. Siguió revisando su libro de ‘Fabricación de Pociones Avanzado’ y continuó haciendo notas en los Elixires Eternos, ocasionalmente haciendo una pausa para descifrar las adiciones útiles del Príncipe para el texto de Libatius Borage.
‘E incidentalmente,’ dijo Hermione, después de algunos momentos, ‘debes ser cuidadoso.’
‘Por última vez,’ dijo Harry, hablando en un tono ligeramente ronco después de tres cuartos de hora de silencio, ’no voy a devolver este libro. He aprendido más del Príncipe Mestizo que lo que Snape o Slughorn me han hayan enseñado ...- ‘
‘No hablo de su tu estúpido y mal llamado Príncipe,’ dijo Hermione, dando a su libro una mirada desagradable como si hubiese sido grosero con ella. ‘Hablo de lo que pasó antes. Entré al baño de las chicas poco antes de que viniese aquí y hay alrededor de una docena de chicas allí dentro, incluida esa Romilda Vane, que quieren ver cómo pueden darte una poción de amor. Todas esperan llevarte a la fiesta de Slughorn, y al parecer todas compraron pociones de amor a Fred y George, por lo que temo que probablemente resulten ...’
‘¿Por qué no se las confiscaste?’ dijo Harry, a quien le pareció extraordinario que la manía de Hermione para Easy PDF Copyright © 1998,2005 Visage Software
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